A medida que la pandemia del coronavirus se expande, los científicos creen que la cuarentena ya no es la solución adecuada contra el virus, pues sus consecuencias tienen un impacto mayor en comparación con lo que genera la propia enfermedad.
A través de un artículo publicado en The Times, el científico estadounidense John Ioannidis y el cofundador de Second Home, Rohan Silva, compartieron las lecciones que ha aprendido la comunidad científica sobre el COVID-19 desde que comenzó a propagarse.
Los autores consideran que el confinamiento ya no es la medicina correcta contra el virus, pues entre sus preocupantes consecuencias se encuentran el desempleo masivo, las muertes por el retraso de tratamiento médico, un aumento de la violencia doméstica, los problemas de salud mental y el abuso infantil.
Bajo esta premisa, los autores aseguran que lo ideal es que se vayan quitando poco a poco las medidas de confinamiento y que se le hagan test periódicos al personal médico y sanitario, como una manera de proteger a los más vulnerables.
Ioannidis y Silva también alertaron que es clave que las personas se mantengan alejadas de los hospitales si presentan síntomas de la enfermedad, a menos que estén muy graves, y que los más vulnerables permanezcan en casa por más tiempo.
SUS CONCLUSIONES
Los expertos destacaron que el virus es más común de lo que se creyó al principio y la gran mayoría de los infectados tiene síntomas leves o es asintomático, algo que los expertos han descrito como “transmisiones sigilosas”, es decir, cuando una persona propaga el virus sin saberlo.
Asimismo, diferentes investigaciones han arrojado que el número de personas infectadas con coronavirus es mucho más alto de lo que se muestra en el mapa en tiempo real de la Universidad Johns Hopkins.
Otra conclusión a la que se ha llegado es que el virus es menos letal de lo que se pensó inicialmente, pues su tasa de fatalidad es comparable con la de una temporada de gripe severa. Además, señalaron que entre el 90 y 95 % de las muertes han sido de mayores de 65 años de edad, mientras que, para los niños y jóvenes, el virus es menos letal que una gripe.
Ioannidis y Silva destacaron que la comunidad científica ha aprendido a identificar cuándo y cómo el virus puede ser devastador para una comunidad, luego de que señalaran que el virus suele ser una infección nosocomial, lo que explicaría por qué en Europa la mitad de las muertes reportadas son de asilos de ancianos. Agencias