El exseleccionador Li Tie, en prisión provisional por corrupción, admitió haber pagado cerca de 400.000 euros (unos 435.000 dólares) para garantizarse el puesto, un ejemplo más de las corruptelas que invaden el fútbol chino y contra las que Pekín dice luchar.
En una confesión en un documental emitido por la televisión pública CCTV el martes por la noche, el técnico de 46 años reconoció también que había participado en el amaño de resultados cuando era entrenador de clubes.
«Lo lamento profundamente. Debería haber sido más pragmático y seguir el camino correcto», declaró ante las cámaras con aire de arrepentimiento.
«Hay ciertas cosas que, en aquella época, eran prácticas corrientes en el mundo del fútbol», agregó.
En enero de 2020, cuando fue nombrado para suceder al italiano Marcello Lippi como seleccionador chino, el exfubolista del Everton inglés declaró que cumplía «uno de los mayores sueños» de su vida.
Pero según admitió en el documental, para cumplirlo tuvo que pedir al club que entrenaba entonces, el Wuhan Zall, de interceder a su favor ante la Federación China de Fútbol (CFA), prometiendo devolver el favor una vez nombrado.
Li explicó que pagó dos millones de yuanes (255.000 euros; 245.000 dólares) en sobornos al entonces presidente de la CFA, Chen Xuyuan, y otro millón al secretario general del organismo.
Poco después de su designación, Li convocó a cuatro jugadores del Wuhan Zall quienes, según reconoció el propio presidente del club en el mismo documental, «no tenían nivel» para ser internacionales. Agencias