Lejos de disparar sus ventas, la pandemia golpeó a los fabricantes de ataúdes, pues muchas familias prefieren incinerar a sus seres queridos fallecidos que sepultarlos.
La crisis por el coronavirus también afectó a los fabricantes de ataúdes en México, donde la cremación se impuso a la sepultura, pero una empresa pretende cambiar el curso con un innovador modelo de acero que promete reducir el riesgo de contagio.
El “Ataúd Cov” se ensambla con láminas de acero para dar su forma ovalada, cuyo exterior es pintado de color café y le colocan herrajes brillantes en una bodega de Los Reyes de La Paz, municipio del estado de México (centro).
“Nos bajó la venta porque nadie utilizaba el ataúd. Prácticamente todos los servicios, así como salían, fueran COVID o no, (iban) directamente al horno crematorio”, sostiene Eduardo López, responsable de comercialización de Platinum Casket Company a la AFP.
Actualmente, la empresa fabrica unos 70 féretros diarios, menos de la mitad de las convencionales que producía antes de la crisis sanitaria por el coronavirus. En marzo sus ventas habían caído en un 90 %.
En México las víctimas de COVID-19 pueden ser cremadas o enterradas, pero ante la presencia de la pandemia, los deudos prefirieron la incineración para dar el último adiós a sus seres queridos.
Según López, la mayoría de los cuerpos eran trasladados del hospital al horno, sin la necesidad de un cajón, hasta que las autoridades de salud declararon que la inhumación no estaba prohibida.
“Con este medio se compuso la situación y ya empezamos a recuperarnos un poquito”, menciona el comercializador.
Representantes del sector funerario aseguran que las familias prefieren la cremación por su menor costo, una decisión que es comprensible en medio de una pandemia que ha dejado a su paso, 9 597 muertos y más de 78.023 infectados en este país de 120 millones de habitantes.
¿De qué está hecho el ‘Ataúd Cov’?
López describe la urna como “una cápsula metálica”, cuyo interior está recubierto con polietileno, espuma y una cinta de neopreno. Se fabricó de esa forma para que “en caso de que hubiera una fisura no escurriera nada de líquidos”, explica.
De esta forma, la funeraria busca generar “confianza” entre los compradores, las funerarias, y los deudos. “En México no hay una autoridad que te diga ‘te lo certifico con esta calidad, pero el mejor juez es el cliente funerario”, finalizó López. Agencias