Famosos bolivianos muestran de qué están hechos

El vocalista de Sabor Sabor ideó un servicio de radiotaxis con músicos; el cantante de Pura Sabrosura hace barbijos que usa la Policía. El radialista José Valdez hace entregas de pedidos a pie.

Los integrantes de Sabor Sabor y de otros grupos musicales de Cochabamba que formaron el servicio de radiomóviles Con Sabor. 

Arriba  José Valdez en su personaje Condori Condori, imagen de su Chasqui delivery. ABAJO En  su cabina de radio. 

Hace más de 100 días que en Bolivia rige la cuarentena ante la pandemia del coronavirus. Son días difíciles para la mayoría de los bolivianos, sobre todo para los artistas, porque una de las principales medidas del aislamiento es la suspensión  de las actividades artísticas.

En medio de esa situación muchas estrellas del espectáculo boliviano se quedaron sin ingresos económicos, por lo que tuvieron que reinventarse  para generar recursos, lo que les permitió mostrar realmente de qué están hechos.

Fama, admiración y aplausos eran su pan de cada día; hoy lo son el esfuerzo, la creatividad y el repensar ideas de negocios ingeniosas con un toque de originalidad para que sean exitosas.

 Wilson Morales, vocalista del grupo de cumbia Sabor Sabor, de Cochabamba, ideó  implementar un servicio de radiomóviles con artistas.

En La Paz, el cantante del grupo Pura Sabrosura, César Arguedas, al verse sin ingresos aprendió a hacer barbijos de una gran calidad y la Policía es uno de sus clientes. 

También en La Paz, el radialista  José  Valdez decidió implementar un servicio de entrega a domicilio a pie, cuya virtud y lo que lo diferencia es que es  más económico que el que ofrecen los radiotaxis y motos. Su emprendimiento se llama Chasqui delivery y la imagen del mismo  es Condori Condori, un personaje que él  inventó y representa.

Estas ideas que tuvieron estos artistas para sobrevivir económicamente en esta pandemia muestra de lo que realmente están hechas muchas estrellas bolivianas.  Conozca sus historias.

En Cochabamba  hay fans del grupo de cumbia Sabor Sabor, que se llevan una gran sorpresa cuando piden el servicio de radiomóvil Con sabor y se encuentran con que el conductor  esa nada más ni nada menos que Wilson Morales, el vocalista del grupo, uno de los más populares del momento.

“Se sorprenden y me preguntan por el grupo, los planes que tenemos; me preguntan sobre mi vida privada, cuánto he viajado, qué lugares conozco; qué canción me gusta cantar más. Es agradable reencontrarse así con los fans”, comenta Wilson.

Si un pasajero del radiomóvil Con sabor será transportado por el mismo Wilson Morales es porque es un cliente leal. El vocalista del grupo de cumbia de moda lo recoge y además lo lleva a su destino… y ¡gratis!  

“Es una manera de retribuir la colaboración de los fans que nos felicitan por reinventarnos y no dejarnos con la pandemia”, dice el cantante. 

Y bien merecido, porque el servicio de radiotaxi es una idea que Wilson tuvo para generar recursos después de que la pandemia y la cuarentena, que rige en Bolivia desde el 29 de marzo, anularan por completo los eventos públicos, entre ellos los conciertos y presentaciones.

“Los compañeros del grupo me llamaban preocupados. Con el paso de los días nos íbamos quedando sin dinero, sin los ahorros y todos tenemos familias que mantener”, cuenta.

Entonces se le ocurrió que podían montar un servicio de transporte con el sello del grupo, que lo  primero que garantizaría sería la seguridad de los pasajeros. “Comenzamos con 15 móviles, ahora somos más de 20, y con cinco motos que hacen delivery. Ha medida que crezca la clientela recibiremos a más colegas del ámbito artístico, que están abandonados”, dice.

“Ahora todos llevamos el pan de cada día a los hogares; yo ya estoy tranquilo por ellos”, añade.

“Nada es para siempre y de un momento a otro podemos perder todo, pero menos la capacidad de reinventarnos”, asegura esta estrella de la cumbia  que sigue brillando por su gran valor de  solidaridad  y su capacidad de reinventarse en las circunstancias difíciles.

Chasqui delivery, las entregas  a pie baratas y que no contaminan

Para el radialista y hombre de televisión José Valdez  está claro que un punto fundamental en un nuevo emprendimiento es la promoción, así que para promocionar su servicio Chaski delivery, entregas  a pie, echó mano de su personaje Condori Condori, con el que elaboró un divertido video en el que  se lo ve haciendo entregas de pedidos a pie, “sin contaminar”.

Se vio obligado a incursionar en el mundo de las entregas a domicilio después de que la cuarentena por la pandemia   lo dejará sin ingresos económicos. “Generalmente yo me sostengo con los ingresos que genera la publicidad en los medios, pero la crisis que nos golpea es tan fuerte que no queda otra:   hay que rebuscar la forma de ganarse algunos pesos”, dice.

Y Valdez vio una oportunidad en las entregas a domicilio, más conocido como delivery:  el precio. “En estos tiempos muchas personas no tienen dinero y la idea es bajar el precio del delivery. En el taxi o las motos el precio es más elevado del que cobro yo”, explica.

Vive en Villa Copacabana y ese fue su primer radio de acción, cobrando cinco bolivianos por entregas, mientras un radiotaxi pedía hasta 15.

“Puedo cobrar hasta 12 bolivianos, dependiendo de la distancia, pero siempre más barato que el radiotaxi”, señala.

El Chaski delivery trascendió las fronteras de Villa Copacapaba y llega a todas las zonas, a paso rápido, tomando atajos y cortando camino. “Si alguien no quiere salir de su casa y se antoja un Pollo Copacabana, por ejemplo, ¡ahí vamos!”, dice.

¿Pero un pedido a pie no tarda mucho? “Organizamos los pedidos día antes, con un ruteo. Empiezo en el lugar más lejano y de ahí distribuyo tomando atajos para llegar a tiempo”, responde.

¿Cómo anda su estado físico para emular a los chasquis? “La cuarentena me obligó a ponerme en buen estado físico, todavía me agito, pero es cuestión de tiempo para agarrar ritmo”, insiste.

Este joven emprendedor trabaja con su esposa Massiel, con quien prepara ceviche en su local Aquisito, también  para entrega a domicilio. Y si de alianzas se trata, también se alió con dos radiotaxis, esto para hacer las entregas inmediatas.

Barbijos hechos por un cantante que  compra hasta la Policía

Cuando César Arguedas se puso frente a la máquina de coser que había en su casa se sintió raro. Peor cuando tuvo que comenzar a manejarla, más bien dicho a controlarla, porque no lograba coordinar los movimientos de sus pies con el pedal de la máquina y el de sus manos, sujetando el pedazo de tela que pretendía convertir en un barbijo.

Usando los barbijos que él diseña y confecciona.

Fue una lucha de más de una hora con la máquina, hasta que sacó su primer tapabocas, ¡un triunfo! “Era demasiado complicado, apenas pisaba el pedal de la máquina, me jalaba la tela o la costura me salía chueca, era muy difícil”, cuenta el joven de 24 años que hasta unos días atrás de su incursión en el mundo de la costura era   vocalista del grupo de cumbia Pura Sabrosura. 

Las cosas se le complicaban más cuando la máquina de coser se le trababa. No sabía cómo arreglarla. “Pero poco a poco fui mejorando, comencé a conocer mejor la máquina y cada vez los barbijos me salían más rápido”, afirma. Y sí que fue mejorando, sobre todo optimizando tiempos, porque desde su primer barbijo, que le tomó hacerlo hora y media, ahora puede hacer una de esas prendas de bioseguridad hasta en tres minutos.

Pero su velocidad no lo es todo ahora, también la calidad y seguridad de esos artículos, asegura. “Tienen tres capas y son durables”, garantiza. 

Todo parece indicar que tienen la calidad que asegura porque la Policía  se hizo su cliente.

Y como estos tiempos de crisis despertaron en César un instinto para los negocios que no conocía, decidió personalizar su barbijos: los suyos son con bordados computarizados.

El joven, que estudia Derecho, está agradecido con un amigo diseñador, que en estos tiempos de pandemia decidió volcase a la elaboración de trajes de bioseguridad. Él le enseñó  a hacer los barbijos. “Me llamó un día para que le ayudara con un delivery de telas y me  enseñó hacer los barbijos, con un préstamos compre las telas y comencé”, cuenta.

“De la noche a la mañana  me quedé sin trabajo, pero esa es una lección de vida: hay que estar preparado para todo”, afirma. Un dato para los fans del cantante: si el pedido es de más de una docena de barbijos, los  entrega en persona.

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