La celebración de la fiesta de la integración se concentró en el cerro de Cota, donde apareció por primera vez la virgen de Urkupiña que llegó hasta el lugar acompañada por cientos de sus feligreses
CAMINATA
Como cada 16 de agosto, la madrugada de este viernes se realizó la peregrinación religiosa hasta el Santuario de la Virgen de Urkupiña en Quillacollo.
Cientos de devotos participaron en la caminata que partió a medianoche de la Catedral Metropolitana de Cochabamba, en la plaza 14 de septiembre. La peregrinación estuvo encabezada por el arzobispo Oscar Aparicio y vicarios que animaron el recorrido con cantos y rezos.
«En esta peregrinación, la Virgen nos acompaña y nos espera también en su santuario. Lo que mucha gente ha pedido es salud, bienestar y también fuerza para poder entendernos y enfrentar tantas adversidades que podamos tener. Es una bella situación que, como pueblo, como Iglesia, como pueblo de Dios, podemos, en una sola caravana, ser testimonio de este amor y de la presencia de María», afirmó monseñor.
Regalaron velas y rosarios a los feligreses, en una de las principales actividades de la Fiesta de la Integración Nacional.
Hombres, mujeres y familias enteras, algunos con imágenes de la Virgen, caminaron 16 kilómetros para llegar al cerro de Cota. En el recorrido se unieron turistas y visitantes que llegaron del interior y exterior del país. Los principales pedidos fueron salud y trabajo.
Al mismo tiempo, personal de la Intendencia Municipal y la Policía realizaron controles, donde los cuales desecharon botellas de bebidas alcohólicas.
Una vez que la peregrinación llegó hasta el santuario de la virgen, se realizó la misa de gallo donde el arzobispo de Cochabamba pidió a la virgen paz, unidad y le otorgue certeza para las autoridades.
“Cada uno viene en una situación concreta al encuentro de la virgen y la virgen es la señora que ha sido mostrada por esta niña, nos acompaña, nos protege, hace que su manto pueda cubrirnos y nos conceda paz y fuerza también para las adversidades”, señaló.
TRADICIONES
Tras la peregrinación y la misa central en el calvario, los devotos de la virgen de Urkupiña cumplieron con algunas de las tradiciones de esta celebración como extraer piedras, devolverlas, ch’arllar terrenos, casas y hacer bendecir las miniaturas que representan los grandes sueños que tienen.
“Llegamos acá con mucha devoción para pedirle a la virgencita que nos dé todo lo que nosotros pedimos con mucha fe, ya sacamos las piedras se sufre, en todo trabajo se sufre”, “un poco complicado (sacar), son duras las piedras, pido mi capital para que pueda tener el tema del trabajo, pueda generar un poquito más para emprendimientos futuros”, señalaron algunos feligreses.
Al mismo tiempo, los feligreses acudieron a la capilla de velas para poder rezar a la mamita pidiendo y agradeciendo favores, “siempre pidiendo salud para toda mi familia, bendición a mis hijos, trabajo y que este país de una vez se arregle”, “estuvimos en la procesión, trato de venir cuando se puede y bueno pedir también por mi familia, mi país Bolivia y Argentina estamos mal”, manifestaron.
Luego de tres días de intensa actividad en Quillacollo, la fiesta de la integración tiene su última actividad para cerrar Urkupiña 2024, ya que a partir de este domingo 17 se realizará la feria de alasitas.