Feligreses nicaragüenses salieron este sábado a festejar a Santo Domingo de Guzmán, patrono de la capital, a pesar de que la Iglesia católica había suspendido la procesión y actividades que rodean la festividad por la pandemia de Covid-19.
«¡Viva santo Domingo!», gritaron unos 200 devotos que se concentraron, la mayoría sin mascarillas de protección, frente a la iglesia Las Sierritas, en el sur de la capital, donde es guardado el santo que los managuas veneran desde el siglo XIX.
La Iglesia decidió este año suspender la multitudinaria procesión que se realiza en homenaje al santo, que todos los 1 de agosto baja de la sierra hasta una parroquia de la capital, donde permanece 10 días rodeado de promesantes.
La Iglesia dijo que todas las festividades patronales se realizarían desde los «hogares producto de la pandemia», en contraposición con el Gobierno, que se ha negado a tomar medidas de restricción para contener el virus.
Muchos feligreses hicieron caso omiso al llamado y desfilaron al lado de algunas réplicas que hicieron del santo, con la intención de cumplir sus promesas.
Algunos bailaron la danza de las «inditas» y «la vaquita», típicas de la festividad, mientras que otros se vistieron con trajes indígenas o se pintaron el cuerpo con aceite negro.
Según la leyenda, Santo Domingo fue un misionero que defendió a los esclavos. Los capitalinos nicaragüenses le atribuyen muchos milagros.