A un año de la destitución del presidente de la asociación de futbol en Afganistán tras haber sido acusado de abusar sexualmente de varias jugadoras, el futbol mundial está enfrentando otro caso grave que está planteando dudas sobre su compromiso de proteger a atletas vulnerables.
Varias jugadoras de futbol femenino de Haití, incluyendo algunas que jugaron en el programa de futbol nacional, y sus familias, han acusado a altos funcionarios del deporte, entre ellos el veterano presidente de la federación nacional, de obligar a las jugadoras a realizar actos sexuales. Las acusaciones son un golpe para la FIFA, no solo porque ya había prometido tomar medidas para proteger atletas tras el caso de Afganistán, sino también porque los abusos habrían ocurrido en un centro de entrenamiento cerca de Puerto Príncipe, el cual la FIFA ha destacado como ejemplo de su compromiso con las regiones pobres.