Su tío arruinó su vida cuando ella tan sólo tenía 16 años de edad, desde entonces junto a su mamá buscaron ver a su agresor tras las rejas, pero murió esperando.
Esa es la historia de una menor que fue víctima de abuso sexual de parte de su familiar más cercano, su tío.
La joven tenía discapacidades diferentes, por lo que éste episodio prácticamente le cambió la vida.
Cuando su madre se enteró de lo que ocurría, sin dudarlo dos veces, denunció el hecho ante las autoridades competentes.
Tras un proceso extenso, el acusado fue sentenciado a 10 años de cárcel, pero el calvario de la víctima no acabaría ahí.
Tanto ella como su madre, tuvieron que ver como el agresor caminaba libre por las calles, sin cumplir su condena.
Lastimosamente la joven, por razones desconocidas, falleció el año pasado. Murió sin poder ver a su agresor tras las rejas.
Eso cambió la anterior semana, cuando tras 8 años de impunidad, efectivos policiales de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (Felcv) lograron aprehenderlo y trasladarlo hasta la cárcel de San Sebastián varones para que cumpla su condena de 10 años.
«Se ha procedido a la notificación con mandamiento de condena. La data de este caso es de 29 de diciembre del 2016, donde el tío de 61 años de edad había cometido abuso sexual en contra de su sobrina. Se trataba de una menor con discapacidades diferentes, lamentablemente la menor murió el año pasado», informó el director de la Felcv, cnl. Freddy Vargas.
La familia de la menor asegura que se siente aliviada, porque de alguna forma la joven «ahora sí podrá descansar en paz».
El detenido fue trasladado hasta el penal de San Sebastián por personal del Departamento de Inteligencia Criminal (DIC).
Los abusos sexuales en contra de personas con capacidades diferentes muchas veces pasan desapercibidos ante la sociedad. En otras ocasiones las víctimas o sus familias, no se animan a denunciar.
Las voces de las personas que además de vivir con capacidades diferentes, tienen que pasar por éste episodio traumático, muchas veces quedan mudas o en el olvido. Afortunadamente no en éste caso.
