Un profesor que se dedicaba como chófer de transporte interprovincial fue encontrado muerto y con su vehículo desmantelado en el municipio de Carabuco. La víctima fue identificada como German C. C., de 32 años.
El hombre, que estaba reportado como desaparecido, tenía la cabeza dentro de una bolsa plástica, el cráneo destrozado, había sido golpeado y presentaba signos de haber sido asfixiado.
La familia del conductor denunció que no recibieron ayuda ni de la Policía, ni de la Fiscalía y tuvieron que buscar al conductor con sus propios medios y con el apoyo de sus compañeros del sindicato de transporte provincial de Escoma. Así, lograron encontrarlo.
«Le maltrataron, le ahorcaron, le golpearon, su cabeza está reventada, le pusieron una bolsa negra», relató Miriam Cocario, esposa de la víctima.
La mujer recordó que su marido viajó hasta Escoma. En el lugar, tres sujetos le habrían contratado para que los traslade a La Paz.
«Lo último que supimos es que a las 5 (de la tarde del domingo) estaba por Achacachi. Presumimos que lo llevaron para comprar por Achacachi y regresar a los cerros donde le habrían hecho el contrato», comentó la ahora viuda.
Entre las hipótesis que se manejan es que los dos contratantes son antisociales que intentaron robar el minibús. Sin embargo, se quedó sin gasolina y optaron por desmantelar el motorizado. Sacaron el cerebro, el motor, todas las partes importantes.
«Estamos totalmente destrozados, no acepto todo lo que le hicieron a mi cuñado. Quiero dar con esos malditos que le han asesinado, lo que le hicieron a mi cuñado no tiene nombre. Lo han torturado de la manera más cruel. Queremos justicia. Podrían haberse llevado el auto y dejarlo vivo. Él tiene dos hijas, están llorando, qué culpa tienen esos pobres angelitos. Mi cuñado era buena persona, nunca ha hecho daño a nadie, no sé por qué le han hecho de esa manera», afirmó la cuñada de Cutile.
Así, la familia pide justicia, que se pueda dar con los culpables y que las autoridades puedan esclarecer qué sucedió con el hombre.
Presumen que le hicieron ir por un camino desconocido y subieron otras tres personas al minibús para, entre todos, atacarlo.
Se presume que el hombre trabajaba de chófer en su minibús para ganarse la vida y poder costear algunos gastos extras que tenía su familia, era el único que los ayudaba.
En medio de llanto y dolor de los familiares, German fue enterrado ayer miércoles.