Hambre y miseria en comunidad
del Valle Alto de Cochabamba
Una porción del África profunda en el corazón de Bolivia. Esa fue la comparación que hizo un periodista al encontrar hambre, desesperación y extrema pobreza en una comunidad del municipio de Tarata, en la región del Valle Alto del departamento de Cochabamba.
Alarmado, el reportero de Radio Ecológica testimonió para la Red ERBOL que “la situación de las familias es trágica debido a la extrema pobreza y al hambre”.
Familias completas, compuestas sobre todo por niños y mujeres; desnutridos, desamparados, esperando por un pedazo de algo con lo que puedan alimentarse, gimen de hambre afuera de precarias viviendas: la comunidad se llama Villa Carreño.
El periodista junto a unos voluntarios acudieron al llamado de auxilio de “un joven que tiene roto el corazón con la impotencia de no poder hacer nada por sus semejantes en esta comunidad”.
“Cada madre de familia tiene entre 7 hasta 11 hijos, muchos niños desnutridos, tienen una mortandad elevada producto de la desnutrición y esta crisis los dejó en un estado de catástrofe”, develó el informe periodístico.
“Niñas, niños descalzos, semidesnudos; las mujeres lloran de impotencia porque no tienen nada que dar a sus hijos porque no tienen alimentos; entre medio de sus niños hambrientos, entre lágrimas, mientras los lactantes tratan de sacar una gota de leche de esos cuerpos famélicos”, describió, aun impactado, Numbela.
Uno de los desgarradores testimonios da cuenta que en una de estas familias, el padre, para que sus hijos no mueran, decidió ir en bicicleta hasta la población de Mizque para tratar de ayudar a cavar papa a cambio de traer un poco de ese alimento para salvar la vida de su familia: “La mujer llora porque no sabe más de una semana del paradero del marido mientras los niños crujen de hambre”.
Denuncian además que el alcalde no se hace cargo de la zona, no tienen energía eléctrica, ni ningún otro servicio básico, es como si fuese enemigo de los pobladores de ese espacio del municipio, relató
Numbela quien también hace notar que los anteriores gobernantes dijeron que ya no existía extrema pobreza, pero esta situación evidenció que en algunos lugares la pobreza ha empeorado.
Los periodistas y voluntarios recolectaron alimentos para entregarlos, además de organizar un desayuno y un almuerzo. El objetivo principal es visibilizar esta situación de hambre y pobreza en esta comunidad además de un poco de alivio. Pero eso es solo un pequeño paliativo y quizá no podrán impedir que algunos niños debilitados mueran de hambre junto a sus madres.
Los voluntarios que acompañaron al comunicador quedaron desconcertados de ver tanta tragedia en un solo día, reportó. “Quedo muy agradecido, le doy mil gracias a ustedes por este granito de arena”, expresó entre sollozos, llanto y evidente angustia uno de los habitantes de la comunidad. Fuente: erbol.com.bo