Vecinos de la OTB Waldo Ballivian protestan y exigen el cierre de la discoteca ‘Soko’, que no contaría con las licencias correspondientes y además, estaría funcionando bajo la protección y respaldo de autoridades municipales.
Según la denuncia presentada por la presidenta de la OTB, este local solo genera molestias e inseguridad en su barrio y además incumpliría los lineamientos establecidos para este tipo de locales nocturnos. A esto, se añade también que los vecinos no habrían aprobado la apertura de este local en ningún momento, y estaría funcionando con irregularidades.
Según el relato de la presidenta, el problema inició en el mes de julio de la pasada gestión, cuando el local empezó a funcionar para sorpresa de los vecinos. El supuesto local funciona al aire libre, no cuenta con infraestructura y por tanto, todo el ruido que se genera sale directamente a las casas de los vecinos.
Afectados por la situación, exigieron el cierre de este local, puesto que se encuentra cerca de dos templos, un centro de salud y también una escuela, por lo que no estaría permitido su funcionamiento. Los vecinos consultaron respecto a si el local cuenta con licencia, pero desde instancias municipales les indicaron que el local carecía de cualquier legalidad, por lo que no debería estar en funcionamiento.
Vanos fueron los esfuerzos de los vecinos para que la Intendencia haga algo al respecto, ya que solo una vez fueron a hacer un supuesto control que al final no llegó a nada.
Con la molestia, los vecinos hicieron una protesta y bloquearon la vía, siendo increpados por los jóvenes que se encontraban dentro del local.
Mediante las indagaciones de los vecinos, lograron descubrir que este lugar, es dirigido por once jóvenes, todos ellos, ‘hijitos de autoridades’ o personas reconocidas del municipio. Figuran entre estos el hijo del alcalde Héctor Cartagena y del concejal Williams Brun, además de hijos de jueces y fiscales de Quillacollo y otros municipios.
Todos estos, se identificaron en los mismos bloqueos, según relata la presidenta, puesto que usaban el cargo de sus padres para tratar de intimidar a los vecinos que protestaban por la presencia del local en la OTB.
Los vecinos se encuentran molestos, ya que este hecho daría más luces del por qué este local no es cerrado como corresponde ante la falta de claridad sobre su legalidad, ya que a la fecha se desconoce si el local está regulado como corresponde.
La presidenta explicó que la pasada gestión, el local habría solicitado un permiso para funcionar como restaurante bajo el nombre de Bariloche, pero la otorgación del permiso fue rechazada en aquel entonces y aún así, el local funciona afectando al descanso de los vecinos que deben aguantar toda la noche esta situación y afectando también a sus actividades diarias.
Este fin de semana, los vecinos realizaron otra protesta, en la misma, los vecinos fueron agredidos por los jóvenes que se mostraban prepotentes por el reclamo de quienes exigen que se respete su derecho al descanso y que se cumpla la normativa vigente en todo el municipio.
Este no es el único local con este problema; existen también otras zonas en las que los vecinos también reclaman por el perjuicio que generan estos locales, entre ellos, también la inseguridad y las calles que se llenan de orines y desechos de la gente ebria que sale de este local considerado clandestino.