Hijos de un narco trabajaron como funcionarios públicos

Agencias

 Yerko Javier Rojas Inturias es el hijo del ex policía extraditable Omar Rojas Echeverría, quien está detenido en Colombia, acusado por narcotráfico y ha sido solicitado para su extradición a Estados Unidos. Yerko trabajó en el Ministerio de Gobierno, de acuerdo con documentos oficiales a los que accedió EL DEBER.

Los documentos revelan que Yerko Javier Rojas, de profesión ingeniero industrial y comercial, ingresó a trabajar al Ministerio de Gobierno el 13 de mayo de 2021 y se registra que fue desvinculado el 2 de febrero de 2022.

Su padre, Omar Rojas Echeverría, considerado por la DEA y organismos antinarcóticos de Colombia y Perú, como el ‘Pablo Escobar boliviano’ fue detenido en Bogotá a principios de marzo de 2021. Dos meses después, su hijo Yerko Javier Rojas, ingresó a trabajar en el Ministerio de Gobierno hasta ser desvinculado el 2 de febrero de 2022 por razones desconocidas. Su incorporación en esa cartera de Estado está sustentada en la declaración jurada de la Contraloría General del Estado. El funcionario declara cero de bienes activos, deudas pasivas Bs 42.700 y rentas pasivas Bs 36.232.

Asimismo, documentos oficiales revelan que en otra institución del Estado también trabaja la hija del ex policía Omar Rojas Echeverría, Karen Rojas Inturias. Según la declaración jurada de la Contraloría General del Estado, ella desarrolla funciones en el Banco Unión. Según la declaración, Karen, igual que su hermano Yerko Javier, tiene cero de bienes activos.

EL DEBER tomó contacto con el área de comunicación del Ministerio de Gobierno, consultando respecto a la incorporación de Yerko Javier Rojas y el cargo que ocupaba en esa cartera, pero no hubo respuesta.

Omar Rojas Echeverría, es un ex mayor de Policía, dado de baja por deserción durante la gestión 2015.

Su nombre fue conocido a escala internacional después de que el 9 de marzo de 2021 fuera detenido en Colombia durante la operación denominada “Los Andes”, desarrollada por fuerzas antinarcóticos de Perú y de Colombia, en coordinación con la DEA. El Deber