La Corte Superior de Justicia de Lima Norte condenó a 30 años y 8 meses de cárcel a Luis Manrique Vargas (25 años) por haber asesinado a su madre en la vivienda que compartían en el distrito de comas. De esta manera el joven, que había guardado el cadáver dentro de una bolsa de plástico, permanecerá en la cárcel hasta el 2051.
Tras el primer golpe la madre no murió, fue corriendo a un corralón por un palo que sería de tranca, lo tomó y la golpeo, tres, cuatro veces hasta quitarle la vida.
La pelea inicio porque en medio de la discusión le mujer le dijo que era adoptado.
En la audiencia llevada a cabo de forma virtual, el juez descartó en primer lugar la versión vertida por el parricida según la cual su madre había sido asesinada por unos delincuentes que habían entrado a su domicilio para robar.
“No se ha encontrado evidencia que corrobore esta versión puesto que los acceso a la casa no tienen ninguna señal de haber sido forzados, tampoco se constata la presencia de otra persona al momento de la muerte de la mujer”, sostuvo.
De igual manera, un estudio médico descartó que el hombre tenga problemas mentales que lo vuelvan inimputable. “Baja autoestima, resentimiento a su madre”, fue el diagnóstico de las pericias psicológicas aplicadas al asesino.
Según las investigaciones de los peritos, Manrique mató a su madre golpeándola repetidamente con la base de una licuadora luego de sostener una fuerte discusión familiar con ella.
El sujeto cumplía prisión preventiva desde diciembre del 2019, luego de que las autoridades hallaran el cuerpo sin vida de su madre, identificada como Maura Manrique Vargas de 74 años.