Hombre que asesinó con 33 puñaladas a su mujer

Leonardo Avilés Canela, de 36 años, quien era buscado desde 2019 por el feminicidio de Máxima Marca, fue sometido a una audiencia cautelar hoy y luego a un juicio abreviado en el que los jueces Tribunal de Sentencia 1 de Quillacollo lo condenaron a 30 años de cárcel en El Abra, en el departamento de Cochabamba.

Mientras los familiares de Máxima exigían justicia en las afueras del Tribunal, con pancartas y gritos, la abogada del Observatorio de Justicia de la Fundación Voces Libres Mercedes Cortez solicitó, en la audiencia cautelar, la detención preventiva de Leonardo Avilés Canela con la acreditación de varios riesgos procesales, para impedir su liberación.

Después, como ya había una acusación formal en su contra de la Fiscalía, Leonardo Avilés Canela aceptó someterse a un juicio o procedimiento abreviado en el que admitió que mató a Máxima Marca. Los jueces lo sentenciaron a pasar los próximos 30 años de su vida en la cárcel.

Leonardo Avilés fue detenido hace unos días por ejercer violencia contra su nueva pareja, pero la Policía verificó que se trataba de un prófugo que había logrado escapar de la justicia desde 2019. Según él, vivió en situación de calle todo este tiempo, limpiando parabrisas de carros en las calles.

En 2019, Máxima Marca Rojas, trabajaba como ayudante de cocina en un restaurante de Quillacollo, tenía 38 años y tres hijos de su primer matrimonio, pero no vivía con ellos. Dos de ellos ya cumplieron la mayoría de edad y la tercera aún es menor.

Leonardo la conquistó, prometiéndole muchas cosas. La pareja convivió durante dos años y Máxima se dio cuenta de que Leonardo era un hombre violento.

En 2018, tras una golpiza, ella sentó denuncia contra él y fue librada una orden de aprehensión en su contra, pero nunca se hizo efectiva. Leonardo alquiló una habitación en la calle Beni y general Pando, en Quillacollo, donde convivía con Máxima.

El 14 de febrero de 2019, tras una discusión, Leonardo Avilés golpeó y mató a Máxima con 32 puñaladas. Dejó el cadáver y cerró con llave la puerta de la habitación alquilada para darse a la fuga, fuera del departamento de Cochabamba.