Martín V. L. fue aprehendido por efectivos de la Policía Boliviana, tras el asesinato de su hijastro, Álvaro A. A., cuyo cadáver fue cercenado.
De acuerdo a el comandante general de la Policía, Jhonny Aguilera, el acusado obligó a tres menores de edad, de 12, 14 y 16 años a ayudarlos, quienes maniataron a la víctima para que proceda a cercenarle el cuerpo.
“El autor del hecho…ha recibido la cooperación de tres de sus hijos, de 12, 14 y 16 años, quienes maniatan a la víctima conjuntamente; el padrastro procede a cercenar la cabeza, el rostro, los miembros inferiores y el tórax”, relató Aguilera.
¿CÓMO SE ENTERARON?
La denuncia fue presentada por la pareja del sindicado. La hija de ambos sorprendió a su padre sosteniendo “relaciones zoofílicas” —según Aguilera—, un hecho que motivó a que la niña le cuente lo sucedido a su madre, quien recurrió a las fuerzas del orden.
Al presentarse a realizar las investigaciones, los uniformados encontraron los restos del joven victimado, semienterrados en el patio de la casa del principal sospechoso.
“(la víctima) fue declarado desaparecido en septiembre y se encuentra una versión de una niña, hija del autor (del crimen), que relata que habría observado a su padre sosteniendo relaciones zoofílicas (…), lo que motivó la denuncia ante su madre, que se apersona ante la Policía, y al momento nos apersonamos a Llojeta y encontramos con trabajo de canes los miembros inferiores, el tórax y otras partes de la humanidad de quien habría sido la víctima”, precisó Aguilera.
NO SE ARREPIENTE
“El sujeto traslada (los restos del cuerpo) conjuntamente a los menores a un río que está muy cercano a su domicilio. Muchas de las partes del cuerpo se alojan en bolsas negras y otras son semienterradas en su domicilio”, continuó el jefe policial.
Aguilera destacó que de acuerdo a la valoración psicológica del presunto autor del hecho, éste sería “carente de emociones y sentimientos”; aún no se estableció los móviles por los cuales descuartizó a su víctima.
Tras su audiencia Martín V. L. fue enviado a la cárcel de Chonchocoro con detención preventiva por seis meses.