Al menos cinco deficiencias motivaron a más de un centenar de trabajadores de salud del hospital Benigno Sánchez, en Quillacollo, a declararse en estado de emergencia e iniciar ayer, una huelga de brazos caídos en plena emergencia sanitaria por la Covid-19.
La medida de presión busca la cancelación de sueldos adeudados desde marzo, el funcionamiento de centros de aislamiento para pacientes con síntomas leves de coronavirus, la contratación de más personal para reforzar la lucha contra el virus, la dotación de insumos de bioseguridad, medicamentos y el equipamiento de tres establecimientos, según el voto resolutivo difundido por el sector.
El director del nosocomio, Carlos Calliconde, informó ayer que la carencia de material de protección ocasionó que varios profesionales se contagien y expresó que hace más de dos meses no se responde a sus requerimientos.
“Las autoridades indican que habilitaron espacios de aislamiento, pero nunca nos han dicho ‘llevemos a los pacientes’. A los centros de Villa María, Urkupiña y El Paso les falta equipamiento. Mínimamente necesitan camas de internación, tienen sólo como siete”, mencionó.
Calliconde aseveró que, el fin de semana, los galenos que atendían fueron agredidos físicamente y verbalmente por los familiares de los enfermos, por lo que urge hasta personal de seguridad.
Por su parte, el secretario general de Alcaldía, José Terán, convocó a dialogar a los trabajadores del hospital y directores de otros centros y conocer qué requerimientos aún no fueron atendidos.
“Es una vergüenza total, la alcaldía no hace nada. Estamos muriendo por el Covid-19 y los hospitales están sin equipos, sin insumos y no hay atención. Todos los centros hospitalarios están colapsados”, manifestó Herlan T., vecino de Quillacollo. Agencia