El tiempo parecía haber dado un pequeño respiro, pero la llegada del frío y, con ello, de las bajas temperaturas, traen consigo una de las épocas más temidas: aquella en la que proliferan los resfriados -y otros cuantos virus-. Congestión nasal, estornudos, dolor de garganta, tos, malestar general… Son muchos y muy diversos los síntomas y, aunque lo mejor siempre es consultar con el médico, las infusiones se postulan como una buena opción para ayudar a combatir el constipado: hay cinco que son ideales.
En estos casos, el mejor tratamiento suele ser el reposo y el cuidado en el hogar. Pero no hay que olvidar la importancia de la hidratación. Beber abundante líquido, como agua o zumos, o consumir en infusiones plantas que contienen propiedades medicinales beneficiosas, permite reforzar el sistema inmune. De ahí que estas se conviertan en un buen complemento de los medicamentos, nunca en un sustituto.
Infusión de jengibre. Una de las infusiones por excelencia es la de jengibre, ya que cuenta con múltiples propiedades favorables para el buen estado de la salud. Entre sus cualidades, destaca que es antiinflamatorio y antioxidante, lo que permite aliviar el dolor y reforzar el estado del sistema inmunológico. El jengibre se puede tomar como infusión, o hirviendo unos trozos y potenciando sus beneficios al añadirle un poco de zumo de limón -si se desea endulzar, se puede usar miel.
Infusión de tomillo. Una de las plantas más utilizadas para cocinar y para uso medicinal es el tomillo. Este tipo de hierba aromática tiene muchas propiedades beneficiosas para mejorar la salud: es antibacteriana y antivírica, por lo que ayuda a combatir y eliminar los patógenos. Además, una de sus múltiples ventajas es que es antiinflamatoria, expectorante y mucolítica, lo que facilita la descongestión de las vías respiratorias. Esto no es todo: también es analgésica, de manera que calma el dolor.
Infusión de malva. La infusión de malva es otra buena alternativa para hacer frente a los síntomas del resfriado: aporta vitamina A, B y C, y sales minerales. Ayuda a disminuir la congestión nasal, el picor, la irritación de garganta, y la tos. A su vez, sus propiedades expectorantes, desinfectantes, antiinflamatorias y relajantes son perfectas para disminuir la tensión y el dolor muscular tan propio del constipado. En cuanto a su elaboración, lo primero que hay que hacer es añadir la malva en agua caliente, y dejar reposar entre cinco y diez minutos para que coja sus propiedades.
Infusión de salvia. La infusión de salvia aporta diversas propiedades, como un efecto antiinflamatorio y antiséptico, o la disminución de la sensación de dolor de garganta gracias a su efecto analgésico. También tiene una función expectorante, que ayuda a descongestionar y disminuir la tos. Por tanto, se considera un antibiótico natural.
Hay que dejar que la salvia hierba durante tres o cinco minutos, y después tiene que reposar diez minutos antes de colar la infusión. Si se quiere endulzar o potenciar sus beneficios, se le puede añadir miel, canela o un poco de zumo de limón.
Infusión de eucalipto. Si se busca un producto natural que, sobre todo, mejore el estado de las vías respiratorias, el eucalipto es muy adecuado. Esto se debe a sus propiedades antiinflamatorias y expectorantes, ideales para expulsar la mucosidad y descongestionar y, por ende, poder respirar mejor. No obstante, hay que tener cuidado y regular de forma correcta su cantidad, para evitar posibles intoxicaciones.