Un conocido practicante de parkour iraní fue detenido por haber cometido actos “vulgares”, anunció la policía este miércoles, después de que publicara en las redes sociales fotos suyas besando a una mujer en los tejados de Teherán.
“Fue detenido por la ciberpolicía de Teherán”, confirmó el jefe de la policía de la capital iraní, Hossein Rahimi, a la agencia de prensa ISNA.
“Somos contrarios al comportamiento vulgar y contrario a las normas de este individuo y su pareja”, que será “también detenida pronto”, afirmó.
Ambos “seguramente van a tener que responder ante la justicia”, añadió el responsable, sin identificar al individuo.
Aunque no nombraron al detenido, se trata de Alireza Japalaghy, residente en Teherán y que cuenta con 133.000 seguidores en su cuenta de Instagram, donde comparte fotografías de sus logros acrobáticos en el parkour, una disciplina de superación de obstáculos en un entorno urbano, creada en Francia en los años 1990.
Alireza Japalaghy publicó la pasada semana una serie de fotografías y de vídeos en los que se le ve en los tejados de Teherán besando a una mujer, tampoco identificada, ambos con poca ropa.
En la República Islámica de Irán, las mujeres solo pueden mostrar en público su rostro, sus manos y sus pies, según el código de vestimenta. Igualmente deben utilizar colores discretos.
Alireza Japalaghy declaró el lunes en un vídeo en Instagram que había recibido “llamadas sospechosas” pidiéndole que se entregara a las autoridades o que se hiciera detener públicamente.
Su hermano actualizó el mensaje el mismo día, anunciando que Alireza había sido detenido en su domicilio.
Durante 40 años se ha obligado a las mujeres iraníes a cubrirse el cabello y usar vestidos largos y sueltos. Sin embargo, desde hace tiempo las mujeres más jóvenes y de mentalidad más liberal llevan pañuelos que no les cubres totalmente el cabello y se pintan las uñas, lo que provoca la ira de los conservadores.
La policía moral iraní, similar a la policía religiosa de Arabia Saudita, suele detener a las infractoras y llevarlas a un camión policial. Se llama a sus familiares para que les traigan una muda de ropa, y la infractora debe firmar un formulario en que se compromete a no reincidir.