Al menos 10 menores de edad denuncian haber sido explotados laboralmente por un hombre de 25 años que les ofreció empleos como vendedores ambulantes, les prometió un sueldo mensual, pero un día antes del día de pago simplemente desaparecía.
Aseguran que las víctimas eran “contratadas” para la venta diaria de refrescos en los diferentes centros de abasto y que le entregaban el dinero recaudado sin percibir nada. Una vez que esperaban recibir su sueldo y el hombre desaparecía se dieron cuenta de que fueron engañados, mientras lo buscaban se encontraron con que no eran los únicos.
“No paga el alquiler de la tienda, no les paga a los muchachos, no paga el material que ha utilizado. Lo hemos encontrado después de un mes y dos semanas, haciendo un poco de vigilancia y demás con la ayuda de todos. Formando un grupo de WhatsApp de todos a los que les debe”, aseguró una de las víctimas a la Red Unitel.
Además de los menores afectados, existen proveedores que lo acusan de estafa.
“Te voy a pagar la siguiente semana, me dice, a partir de ese momento el hombre cierra la tienda, ha cerrado durante tres o cuatro semanas. Los vecinos decían, no viene, se ha ido, a mí también me debe”, aseguró.
Las víctimas advierten que usaba el mismo modus operandi en otros municipios como Quillacollo y el trópico de Cochabamba.
Una vez que los afectados formalizaron su denuncia por el hecho, el hombre fue remitido al Ministerio público.
En su defensa, el acusado aseguró que la encargada era su expareja y que no tenía nada que ver.
“Mi expareja contrataba, yo solo hacía trabajar, hacía los líquidos, yo preparaba el refresco (…) yo le he dicho a 80 bolivianos por día, yo le decía hay que pagarlo por día”, señaló.
Las denuncias son investigadas por efectivos de la Fuerza especial de lucha contra el crimen.