Feligreses devotos que acudieron la tarde de este jueves a la Iglesia de Santo Domingo se vieron sorprendidos con un hallazgo que no esperaban. Un pequeño e indefenso bebé varón recién nacido que fue abandonado mientras ellos rezaban y mientras se iban lo encontraron.
Según manifestaron los testigos, el menor fue abandonado por su madre, quien sería una mujer joven que cuando uno llegó a la iglesia se encontraba sentada en una banca amamantando al infante.
Luego del hallazgo dieron parte a uno de los encargados que se encontraba ordenando la parroquia y lo sorprendieron con la noticia que al principio no creía.
“Yo estaba acá en el salón de la parroquia y estaba haciendo las cosas no, ordenando cuando dos señoras se acercan y me dicen que habían encontrado un bebé, un recién nacido, entonces nos acercamos acá al altar de donde han encontrado y el bebé estaba en el piso”, explicó.
El bebé fue dejado a los pies del altar San Judas Tadeo, dormía y estaba envuelto en una mantilla celeste.
“Es el altar de San Judas Tadeo, mucha gente tiene mucha devoción, entonces el señor que estaba rezando en la parte de adelante me informa que había una señorita, ósea joven no más aquí amamantando al bebe y de ahí como él estaba rezando, ya la señora que estaba rezando ahí adelante al momento de salir dice que vieron al bebé…estaba dormido justamente la señora me dijo que lo alce porque estaba con una manta delgada y estaba haciendo frío”, agregó.
San Judas Tadeo, es considerado patrono de las causas imposibles y con el tiempo se convirtió en uno de los santos a quien acuden los creyentes a la hora de pedir ayuda y favor en momentos difíciles.
El encargado explicó que es la primera vez que dejan a un bebé en la iglesia, que hasta ahora habían dejado gatitos o perritos.
Presumen que se trata de un menor recién nacido debido a que aún tenía el cordón umbilical, “la verdad no sabríamos decir que tiempo, pero era recién nacido porque tenía todavía el cordón umbilical, entonces pensamos que era recién nacido, estaba dormido”, añadió.
Tomó al bebé en sus brazos y lo cobijo llevando a la sacristía, para después darle parte al párroco y a la Defensoría de la niñez y adolescencia.