Parecía un sábado más, de los tantos que había sacrificado Gary Hurtado trabajando como guardia de seguridad para ganarse un poco de dinero y así ayudarse con sus estudios y colaborar a su familia. Lastimosamente, aquella noche murió acribillado por tres disparos que realizó un hombre que ahora dice no recordar lo sucedido.
Para la familia de Gary, su deceso es otro duro golpe que han recibido en menos de un año. En septiembre del año pasado su mamá falleció víctima del coronavirus, una pérdida de la que poco a poco se estaban recuperando.
El sábado, Gary había sido contratado para resguardar el ingreso a una fiesta de bautizo en la zona sur de Oruro, él estaba en la puerta cuando cuatro personas, tres hombres y una mujer quisieron ingresar por la fuerza, pero decidido a hacer cumplir su tarea como guardia no autorizó su ingreso y fue entonces que se inició un enfrentamiento.
Iracundo al no poder ingresar, Hernán Julio C. Ch., sacó una pistola de su bolsillo y sin medir ninguna consecuencia realizó tres disparos, dos de ellos impactaron en la mano de Gary, pero la bala fatal fue la que le perforó uno de los pulmones y por la que terminó muriendo desangrado.
“Dos de sus hermanitos están estudiando, pedimos que vayan a la cárcel, esto no puede quedar impune”, reclamó la tía de la víctima.
El papá de Gary es transportista y ahora también debe cargar con la pérdida de su hijo, quien tras la muerte de su madre se esforzaba más con trabajos extras, ya no pensaba solo en sus libros, también quería ayudar a sus hermanos para que terminen el colegio y busquen una carrera.
En los videos que registraron el asesinato de Gary se observa que tras realizar los tres disparos, el asesino y las tres personas que lo acompañaron en ningún momento se acercaron a prestar ayuda y de acuerdo a un informe de la Policía fueron encontrados en un auto azul que al percatarse que se les acercaba una patrulla emprendieron veloz fuga. La Policía tuvo que chocarlos para inmovilizar su vehículo y así proceder al arresto. Agencias