Han pasado casi diez años desde que Juan Diego Gutierrez cumplió uno de los sueños que siempre tuvo desde niño, debutar en el fútbol profesional. Su carrera la fue construyendo a base de esfuerzo, trabajo y sacrificio; factores que se sumaron a sus grandes habilidades, y sobre todo a su enorme pasión por el deporte rey.
La pandemia del coronavirus tomó a ‘Guti’ en su periplo por Bolivia. El ex jugador de Universitario se encontraba jugando en Oriente Petrolero. Mientras espera algún vuelo humanitario que lo traiga de regreso a casa, se le torna complicado el día a día, sin poder encontrar alguna motivación. No tener fútbol y estar en confinamiento, han sido dos aspectos que le ha costado asimilar.
“Es totalmente antinatural dos meses y medios sin poder salir de casa. Teniendo en cuenta que los jugadores de fútbol estamos acostumbrados a hacer lo que más amamos todos los días, rodeados de amigos y de mucha gente alrededor con la que solemos convivir a diario y que se terminan convirtiendo en una especie de familia. Nos sacan de este hábitat y nuestra vida es totalmente distinta. Cuesta encontrar estímulos de felicidad. Normalmente cuando no tienes el fútbol tienes el estímulo de poder salir a comer con tus amigos, novia o familia. Pero ahora nos quitaron el fútbol y la posibilidad de poder salir a compartir con nuestros seres queridos. Es didicil mantener la cabeza relajada”, dijo a El Bocon. Juan Diego Gutiérrez finalizó hace unos días su vínculo con Oriente Petrolero por mutuo acuerdo. Por ahora solo quiere regresar a Perú y después, con más calma, analizar las posibilidades que tenga sobre la mesa para definir su futuro.