Kara Kara, política y dinero dividen a dirigentes y vecinos

En plena pandemia, mientras los cochabambinos cumplían cuarentena, los bloqueos al ingreso del vertedero fueron habituales y  evidenciaron  divisiones entre bases y dirigentes, motivadas por intereses políticos y económicos.

A raíz de esta ruptura es que los denominados autoconvocados -vecinos del Distrito 15 al sur de la Llajta- cobraron  relevancia tras organizar y participar en bloqueos y movilizaciones, en los últimos seis meses, impidiendo el ingreso de los carros basureros al relleno sanitario. Su principal demanda siempre fue el cierre definitivo del botadero, pero añadían otras peticiones en beneficio de su zona.

DIVISIONES, BENEFICIOS, INTERESES

Mario Pinaya, dirigente de Control Social del Distrito 15,  desmintió las acusaciones de favorecimiento económico a su persona y a sus compañeros.  En su criterio, las movilizaciones de los vecinos autoconvocados obedecen a intereses políticos, ya que abiertamente se habrían declarado militantes y defensores del Movimiento Al Socialismo (MAS) durante el cerco al vertedero en noviembre pasado, durante los conflictos postelectorales que obligaron  a Evo Morales renunciar a la presidencia.

“Ese movimiento es político. Después de las elecciones (en octubre de 2019) y la salida de Evo Morales hay gente que lo ha mezclado con la parte política y la parte social. Nosotros como dirigentes hemos sido elegidos para promover proyectos y no para apoyar a ningún partido. No quisimos hacer caso a los vecinos que se inclinaban a lo político y así nacieron los autoconvocados”, argumentó Pinaya.

Jaime, por su parte, confirmó que los vecinos tienen afinidad con el masismo. “Nos identificamos con el pueblo. Creemos que somos la voz del pueblo. Si el MAS es del pueblo, entonces estamos con el MAS”, dijo.

LOS RECURSOS POR LA BASURA

El botadero de Kara Kara está ubicado en el Distrito 15 de Cochabamba, conformado por las mancomunidades de Kara Kara, Pampa San Miguel y Arrumani. Por el riesgo que implica la basura, el distrito recibe una compensación anual de 30 millones de bolivianos y por coparticipación tributaria otros 2,1 millones de bolivianos.

La zona que alberga  y da su nombre al relleno es una de las más beneficiadas con   obras del municipio. Los recursos de compensación  se destinaron a asfalto, unidades educativas, centros de salud, tinglados, centro cultural, parques infantiles, un mercado de tres niveles y varias canchas deportivas.

Pese a las obras, los habitantes aún viven con ciertas limitaciones. Se proveen de agua potable a través de cisternas y  no cuentan con sistema de alcantarillado. Los conflictos sociales y las  movilizaciones paralizaron la instalación de ductos para los servicios básicos y las redes secundarias de gas domiciliario.

Los vecinos y dirigentes están conscientes que una vez que los carros basureros dejen de descargar los desechos que producen los  cochabambinos en ese sector, los recursos municipales de compensación que reciben serán cada vez menores.

Alex Contreras, asesor general de la Alcaldía de Cochabamba, está convencido de que los autoconvocados y los dirigentes no quieren que el relleno sea reubicado en  otra zona pues desean seguir  aprovechando los recursos económicos que les genera la basura. Pero, sostiene,  con la finalidad de obtener beneficios  -más obras y proyectos-  recurren a los  bloqueos y movilizaciones.

CAMIONES BASUREROS  DETENIDOS

Para Nelson Cox, delegado de la Defensoría del Pueblo en Cochabamba,  quien participó en la mediación de los conflictos en la zona de Kara Kara, las demandas de los vecinos son legítimas. Cuestiona que  el Gobierno haya perseguido a los líderes de las movilizaciones  hasta detenerlos y  enjuiciarlos. Actualmente, 13 son procesados  por diferentes delitos, entre ellos   terrorismo y atentado contra la salud pública.

Cox precisó que la ractura social entre los habitantes del sur surgió porque ciertos dirigentes corruptos se beneficiaron de los recursos que genera la basura. “Los autoconvocados cuestionan y desconocen a los dirigentes. Han negociado con la Alcaldía”, dijo.

LOS BLOQUEOS EN PANDEMIA

A finales de abril y principios de mayo, en plena pandemia por el coronavirus, los autoconvocados rompieron la cuarentena bloqueando el ingreso al basurero municipal de Cochabamba. Exigían el retorno a la normalidad y el cierre definitivo del vertedero. Tras una prolongada movilización y la intervención de autoridades nacionales, departamentales y municipales, se levantaron las medidas.

Sin embargo, esta situación se repitió en otras  ocasiones los siguientes meses -cuatro bloqueos impulsados por los vecinos y dos por los dirigentes- pese a la emergencia sanitaria.

Las más de 550 toneladas diarias de desechos que generan los cochabambinos no fueron recogidas ni depositadas en el relleno sanitario. La basura se  acumuló en las calles y domicilios cuando acechaba más el coronavirus en la Llajta.

CERRAR EL BOTADERO

Tras los continuos bloqueos en Kara Kara y varias convocatorias de la Alcaldía para el tratamiento de los residuos sólidos, el pasado 8 de septiembre el alcalde José María Leyes informó  que el consorcio GEES Energía Limpia y Asociados  se hará cargo de la industrialización de la basura con una inversión de 294 millones de bolivianos.

El consorcio, conformado por una empresa boliviana con socios cochabambinos y europeos, promete que en tres meses ni un carro basurero ingresará a Kara Kara para depositar la basura que produce la ciudad. Ese será el primer paso del cierre definitivo del botadero.

DESECHOS ACUMULADOS

Paz no reveló la ubicación de la planta por cuestiones estratégicas; sin embargo, adelantó que se trata de dos botaderos de tratamiento en diferentes zonas. La primera tiene una superficie de 10 hectáreas y está a 12 kilómetros de la ciudad. La segunda,  de 83 hectáreas,  se ubica a 32 kilómetros de la Llajta.

Paz afirmó que ambas plantas están lejos de acuíferos y de viviendas, razón por la cual no deberían existir objeciones para que la Gobernación otorgue la licencia ambiental.

La tecnología que GEES aplicará en el tratamiento de la basura busca el aprovechamiento del 90% de los desechos. La Compañía de Limpieza e Ingeniería Ambiental Colina SRL,  la actual encargada del tratamiento de los residuos, emplea técnicas rudimentarias porque  cubre con tierra  la basura que ingresa.

La empresa Colina se adjudicó la concesión  del relleno en septiembre de 2014 y su contrato finaliza en 2024. Está a cargo del mantenimiento del botadero, el tratamiento de los residuos y del cierre técnico.

De materializarse el contrato con GEES, a partir de enero de 2021 Colina seguirá operando en Kara Kara, pero ingresará a la  etapa para el cierre técnico. Agencias