La COB perdió el rumbo y la independencia

Con una abierta línea de política partidaria a favor del Movimiento Al Socialismo (MAS), la dirigencia de la Central Obrera Boliviana (COB) perdió el norte y extravió el principal objetivo del ente matriz que es velar por los intereses de todos los trabajadores y sus familias, por lo que es urgente que esta organización recobre su independencia, expresaron dos exejecutivos de esa organización.

En contacto con Página Siete, Jaime Solares y Guido Mitma observaron el rumbo que tomó en el último periodo la dirección de la COB, cuyos actuales dirigentes -subrayaron- pasaron a ser un brazo operativo del MAS, que hace anuncios ante la prensa para protestas políticas y deja a un lado las necesidades urgentes de los trabajadores, como los despidos en medio de la pandemia del coronavirus.

“¿Cuál es su rol? La COB fue elegida para defender los derechos constitucionales de todos los trabajadores del país. Yo lamento y repudio cuando Juan Carlos Huarachi dice que primero está el binomio Evo-Álvaro (que lo dijo el año pasado públicamente) .Para todos los bolivianos, primero está la patria, el país”, afirmó Mitma.

El exlíder de la COB, trabajador minero de 44 años y oriundo de la población minera de Huanuni, antecedió en el cargo a Huarachi. Lideró el ente matriz desde mediados de 2016 hasta febrero de 2018.

Mitma subrayó que la COB y su dirigencia debe ocuparse de exigir la solución a las demandas más urgentes de los trabajadores como es la estabilidad laboral, la salud y la educación. Agregó que el ente matriz no debe ocuparse de aspectos como convocar a movilizaciones por el MAS. Si no está en condiciones de hacerlo, Mitma plantea un cambio de dirigencia.

“A la COB tiene que entrar gente revolucionaria, gente capaz que vele los intereses del país. La Central Obrera Boliviana tiene que buscar la estabilidad laboral de los trabajadores y con eso aportar al crecimiento económico del país. ¿Por qué la COB no está peleando por esos aspectos? Lamentablemente, el MAS copó a muchos dirigentes a su línea ideológica. ¿En qué queda la línea ideológica sindical de los trabajadores?”, cuestionó Mitma.

Jaime Solares, exlíder cobista, coincidió y afirmó que el ente matriz de los trabajadores necesita un cambio de líderes que antepongan los intereses de los trabajadores con un “sindicalismo revolucionario”, lejos de los intereses partidistas.

“La COB necesita hombres con mucha preparación, honestos, consecuentes y firmes, comprometidos con la clase trabajadora (…). Juan Carlos Huarachi debe llamar a un congreso ordinario de los trabajadores para elegir un nuevo comité ejecutivo, y si lo vuelven a nombrar, su dirigencia sería totalmente legítima”, afirmó Solares.

El trabajador minero fue el máximo dirigente de la COB entre 2003 y 2006, año cuando comenzó a gobernar Evo Morales y fue uno de los principales críticos a la nacionalización de los hidrocarburos (1 de mayo de 2006) a la que calificó como una “nacionalización a medias, precipitada y demagógica”.

Para Solares Bolivia, Latinoamérica y el mundo enfrentan “una crisis sindical grave”, con un cambio social que en Bolivia también merece atención y para ello plantea que el actual Gobierno convoque a una asamblea constituyente.

Para la socióloga Sonia Montaño, la COB atraviesa por un “proceso de deterioro y caída muy largo”, que se remonta a 1985, cuando el gobierno de Víctor Paz aprobó el Decreto Supremo 21060 y “se destruyó la columna vertebral de la COB, que era la Federación de Trabajadores Mineros” y surgió un nuevo orden, el de los trabajadores relocalizados, muchos de los cuales se fueron al Chapare.

“Lo que era la COB liderada por el proletariado minero se ha ido convirtiendo en una asociación de gremios de distinta factura que llegaron el 2000 con la guerra del gas, la guerra del agua, que son grupos que ya no pertenecían al núcleo de la COB, y en estos 15 años la COB se ha convertido en una organización muy venida a menos”, afirmó Montaño.

Los cambios sociales de las últimas décadas hacen imposible que el ente matriz de los trabajadores vuelva a ser lo que era, justamente porque hubo muchos cambios en el sistema laboral, además de la creciente informalidad. Entonces, queda el debate de cómo crear un nuevo ente que se adecúe a estos cambios. Agencias