Diego Molina, uno de los empleados de la funeraria que se fotografió junto al cuerpo de Diego Maradona, se entregó en una comisaría porteña, aunque no quedó detenido.
El hombre, cuya imagen se viralizó y era buscado por la Justicia, se presentó en la Comisaría, en donde se le tomaron los datos personales y se le comunicó de la situación en que se encuentra por la violación al artículo 70 del Código Contravencional.
De acuerdo a lo dispuesto por la norma porteña, «inhumar, exhumar o profanar cadáveres humanos, violar sepulcros, dispersar cenizas se sanciona con 400 a 4.000 pesos de multa o 2 a 10 días de arresto».