La droga Frankenstein que mata en las calles

En los últimos meses, un nombre ha estado resonando en los círculos de salud pública de Estados Unidos y algunos países europeos: nitazeno. Esta droga, poco conocida hasta hace poco, ha surgido como una preocupación creciente debido a sus efectos devastadores y su creciente presencia en comunidades de todo el mundo.

El nitazeno es una sustancia psicoactiva o “droga de diseño” que no está aprobada para uso médico en ningún país y se encuentra exclusivamente en el mercado ilegal de drogas.

Daniel Pinto, director de la carrera de Bioquímica y Farmacia de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, explica que el nitazeno apareció recientemente como droga en las calles.

“Aunque los investigadores disponen de poca información sobre cómo reacciona el cuerpo humano a los nitazenos (ya que nunca se han sometido a ensayos clínicos), las pruebas de laboratorio muestran que algunos de ellos podrían ser miles de veces más potentes que la morfina y casi 40 veces más potentes que el fentanilo”, explica.

La Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) ha clasificado muchas formulaciones de nitazenos como drogas de la Lista 1 de la Ley de Sustancias Controladas, lo que significa que no tienen uso médico y presenta un alto riesgo de abuso.

Aunque la información sobre esta droga aún es limitada, informes anecdóticos y estudios preliminares sugieren que es una droga extremadamente potente y peligrosa.

Sus efectos pueden incluir sedación extrema, amnesia, confusión, desinhibición y, en algunos casos, problemas respiratorios graves que pueden llevar a la muerte. Además, su potencia hace que la sobredosis sea un riesgo significativo, especialmente cuando se combina con otras sustancias, como el alcohol o los opiáceos.

Pinto indica que esta droga también es conocida con el término “Frankenstein” debido a su potencia extrema y peligrosidad. Entre los efectos inmediatos, menciona la euforia, la sedación intensa, analgesia, respiración lenta, pupilas constrictas y estreñimiento. A largo plazo, puede provocar adicción, dependencia, daños en órganos o sobredosis letal. Agencias