La economía cochabambina sé desacelera con inflación del 24% 

A propósito del aniversario 215 del departamento de Cochabamba, la Federación de Entidades Empresariales Privadas (FEPC) presentaron un informe técnico que dibuja un panorama económico poco alentador para la región. Según el documento, la economía cochabambina enfrenta una «triple presión» marcada por la desaceleración, la inflación persistente y una informalidad estructural que amenaza el aparato productivo local.

El análisis de la FEPC, que está disponible en toda su amplitud en su portal digital, destaca la urgente necesidad de implementar medidas que permitan a Cochabamba recuperar su competitividad y consolidarse como un nodo estratégico en el país.

El estudio, titulado Informe Técnico de Coyuntura – Análisis Económico y Empresarial del Departamento, revela cifras preocupantes. El crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) departamental muestra una desaceleración progresiva, pasando del 4,43% en 2023 a solo 0,44% en el primer semestre de 2025. Un dato aún más alarmante es el ingreso real per cápita ajustado al tipo de cambio informal, que se sitúa en apenas $us 1.453, ubicando al departamento en la séptima posición más baja a nivel nacional. Esta situación, de no corregirse, podría derivar en un estancamiento económico.

La informalidad y la pérdida de poder adquisitivo también son problemas graves. El informe señala que la informalidad laboral alcanza el 84,27% de la población ocupada urbana, mientras que solo el 15,73% de los trabajadores acceden a un empleo formal. Por el contrario, la inflación interanual se ha disparado al 24,28%, con el subíndice de alimentos superando el 30%. Esta escalada de precios genera una contracción del consumo y reduce drásticamente los márgenes de ganancia de las empresas, afectando especialmente a sectores clave como la gastronomía, donde el 35% de los negocios han cerrado en la última década.

El déficit comercial y el retroceso en el turismo se suman al sombrío panorama. En julio de 2025, el departamento registró un déficit comercial acumulado de $us 93,6 millones, con unas exportaciones que, además de ser menores, se concentran en productos de bajo valor agregado.