La elegancia del atuendo de la cholita paceña llega a la Llajta para quedarse

Priscila Pinell

La Llajta abrió los brazos a la mujer de pollera paceña, pues cada vez son más la cholitas que decidieron migrar al valle cochabambino por la calidad del clima y las oportunidades de generar recursos, a través, del comercio.

Es el caso, Jimena Huanca Koria; quien nació en la localidad de Quime en la provincia Inquisivi del departamento de La Paz, llegó a Cochabamba cuando tenía 15 años, son más de 10 años que echó raíces en la Llajta y señala que no tiene planificado volver, pues se enamoró del clima, el paisaje, la gente y la oportunidad de trabajo.

POLLERERA JIMENA

Jimena es una emprendedora que desde niña mostró habilidades para la confección, el diseño y la moda, por ello, abrió su negoció la “Pollerera Jimena”, una tienda de ropa en la que la cholita paceña encuentra todas las prendas, bijuteria, zapatos y sombreros para vestir a la moda y con elegancia.

Cuenta que empezó con un negocio de “fletes”, es decir, confeccionaba ropa para alquilarla en fiestas folclóricas como ser entradas patronales, Carnaval e incluso para la Fiesta de la Virgen de Urkupiña.

Jimena vio que sus diseños y confecciones tenían muy buena acogida entre sus clientes que le sugirieron que diseñe ropa de diario. El consejo fue aceptado y le dio el impulso para que abra su boutique. La primera estaba ubicada frente a la Plaza San Antonio, en el Hotel Millenium, después se trasladó a unos pasos, actualmente se encuentra en la Nataniel Aguirre y Punata, en plena esquina.

En la zona más concurrida de Cochabamba, unos vistosos maniquíes vestidos con la distinción de la mujer de pollera llaman a las potenciales clientas, que no pueden resistirse a los colores y los diseños.

Su negocio es uno de los pocos en el departamento, las cholitas llegan de otros municipios como ser Sacaba, Quillacollo y Vinto.  “Acá hay pocas tiendas de ropa para las cholitas paceñas, pese a que la cantidad de personas que llegaron de La Paz es alta. Antes no había tantas cholitas, pero ahora muchas vinieron”, cuenta.

CONFECCION Y DISEÑOS

Jimena muestra la calidad de sus diseños, luciendo ella sus propias confecciones, LA VOZ fue testigo de que esta emprendedora no deja nada al azar, pues estaba perfectamente combinada desde la pollera la blusa, hasta los aretes.

Contó que todas las semanas le llega telas de La Paz, pues los diseños, estampados y colores cada semana varían. “Las clientas siempre quieren lo nuevo y nosotros las esperamos con todo lo que puede desear, el cliente siempre tiene la razón”, expresa entre risas.

Además, indica que los modelos, colores y tipos de tela varían de acuerdo a la estación, por ejemplo, en primavera los tonos son más vivos y ahora que se aproxima el otoño los colores enteros y más oscuros son los favoritos; no obstante, asevera que los tonos lisos nunca pasan de moda, son un clásico.

ASESORAMIENTO

Las cholitas al visitar a Jimena reciben asesoramiento, por lo cual, quedan conformes con el modelo que eligieron. “Guiamos a nuestras clientas de acuerdo a sus medidas, estatura y color de piel, queremos que se vayan lindas y felices de acá”, sostiene.

El tamaño de la pollera tradicionalmente es llevarla a media pantorrilla; sin embargo, muchas jovencitas prefieren un diseño más corto, pues es lo que está de moda.

DISTINCIÓN DE LA MUJER PACEÑA

Por la elegancia y la calidad de la ropa, vestir con el atuendo tradicional de la cholita paceña es un lujo, al que acceden estas hermosas mujeres.

La pollera más económica cuesta Bs 550, de la misma forma el fuste más barato esta Bs 320, la blusa Bs 60, la mantilla Bs 450, los zapatos Bs 60 y el sombrero Bs 150; es la muda completa más económica.

“Pollerera Jimena”, exporta sus prendas a España, Brasil, Estados Unidos y Argentina. “Yo mando fotos de nuestras prendas y alguien conocido del cliente hace la compra y manda”, relata.

Por otro lado, Jimena cuenta que la pandemia ha bajado sus ventas, pues uno de sus fuertes es la confección de ropa para fraternidades; sin embargo, no se queja y mantienen la esperanza en mejores días en los que todo regrese a la normalidad.