La Fiesta de Reyes en la Llajta, entre la tradición la fe, buñuelos y el api

Priscila Pinell

La fiesta de Reyes cierra la temporada navideña y si bien en la Llajta se la vive con menos intensidad que Navidad y Año Nuevo, hay muchas familias que celebran este día.

Los buñuelos, la chocolatada con pasteles, la misa para el “Niñito”, forman parte de las actividades de Reyes, incluso algunos padres optan por dar los regalos este día a sus hijos, recordando los obsequios que le llevaron a Jesús.

Pero, más allá de compartir en familia y de agasajar a los pequeños de la casa, una de las actividades más importantes es la misa, pues está dirigida específicamente al hijo de dios.

Familias enteras, jóvenes y adolescentes, pero especialmente las abuelitas asisten al templo llevando la imagen o escultura del pequeño Jesús, puesto que es una tradición que escuche la misa.

ES EL BAUTIZO DE JESÚS

LA VOZ conversó con varias personas de a pie que visitaban algunas iglesias de Cochabamba y señalaron que la misa del 6 de enero, simboliza el bautizo de Jesús, por ello, es tan importante comprarle un nuevo vestuario, corona y zapatitos, porque es un día especial dentro de la tradición católica cristiana.

Sandra una comerciante que vende atuendos para el niño en la puerta del templo San Juan de Dios, comentó que el 6 de enero es considerado uno de los días más importantes para Jesús.

“Después de la Navidad, que recordamos el nacimiento del hijo de Dios, en Reyes realizamos su bautizo, así lo interpretamos en mi familia”, señaló Cristina, una fiel católica.

Desde muy temprano las iglesias, así como la Catedral son visitadas por los fieles, que esperan la bendición del párroco o sacerdote a la imagen o escultura de Jesús que, al terminar el día será guardado hasta la próxima Navidad.

Una vez que termina la liturgia, el sacerdote bendice con agua bendita a todas los “niños” que fueron llevados a la iglesia y con este acto termina la temporada navideña.

APIS, BUÑUELOS Y PASTELES

“Después de la misa a la mesa”, dice un dicho popular y eso no puede ser distinto; más aún, en la capital gastronómica de Bolivia en la que todo evento o celebración termina en la degustación de algún alimento o bebida.

Las caseritas que aprovechan toda oportunidad para generar algo de recursos, en Reyes se asientan en las puertas de los templos, arman sus mesas y cocinas, y desde muy temprano empiezan a freír los buñuelos y pasteles, además de hacer hervir el api, con el objetivo de que todo esté listo al terminar a la celebración.

Las familias desayunan en el mismo lugar donde recibieron la palabra de dios, degustan de los deliciosos buñuelos y pasteles, acompañados del tradicional api, mientras los “niñitos” son puestos encima la mesa o en el regazo de quienes lo llevaron a bendecir.

Sin embargo, no todos toman el desayuno fuera, pues otras familias acostumbran tomar una chocolatada con buñuelos en sus casas, para ello, noche anterior dejan la masa preparada. “En mi casa preparamos los pasteles noche anterior, con la ayuda de mis nietos para que el día de Reyes después de la misa desayunemos en familia como regocijo por nuestro Jesusito”, contó Blanca, una abuela que sigue las tradiciones.

TRADICIÓN QUE VA PERDIÉNDOSE

Si bien, algunas familias aún celebran la Fiesta de Reyes, lo cierto es que cada vez son menos y a medida que va pasando el tiempo se le va restando importancia.

Los jóvenes o adolescentes que aún celebran esta fecha lo hacen gracias a sus abuelas que desde pequeños les inculcaron la importancia de Reyes.

“Yo recuerdo que, desde niña acompañaba a mi abuelita a la misa para hace bendecir al niñito Jesús”, después era tradición que tomemos api con pastel”, contó Pamela.

20 años en la puerta de la iglesia

Sandra es una mujer joven que vende ropa y accesorios para el niño Jesús, hace 20 años, ella recuerda que desde que era niña acompañaba a su madre el día de Reyes a trabajar.

Además de vender la ropita, también viste a los niños y en el caso de que sea necesario los peinan y le dan una limpieza para que entren en las mejores condiciones a la misa.

“Estamos desde las 6.00 para atender a quienes visitan el templo, tenemos ropitas desde los Bs 10, en los próximos días nos llegará novedades”, dijo Sandra.

La abuela de Sandra también trabaja con ella, en el templo San Juan de Dios, pero vende velas y cuadritos a unos pasos del puesto de su nieta. Ambas tienen la ilusión de que el próximo 6 de enero, la población asista a la misa y lleve a sus niños, para que ellas los vistan, pues aseguraron que también vieron afectada su economía por la pandemia.