Una puerta con aspecto colonial, un letrero que lleva la palabra “chicha”, los cántaros llenos de ese elixir de maíz que se produce en la “perla del valle” forman parte de una de las chicherías más antiguas de Punata, pues “La Gorrita” con más de cien años forma parte de la cultura y tradición de la Llajta.
Eufrosina Mendéz con sus 76 años es quien actualmente prepara esta deliciosa bebida; sin embargo, la actividad no nació con ella sino con sus tíos Flora y Eufronio Méndez quienes abrieron las puertas de “La Gorrita” hace más de un siglo.
Las tradicionales cuartilleras, las jarras chicheras, las tutumas y unas pequeñas mesas forman parte del local donde personalidades como Hugo Banzer Suarez, Rene Barrientos, Hernán Siles Suazo entre otras, se sirvieron esta bebida legendaria.
CARISMA Y TRADICIONES
Eufrosina junto a su esposo; David Ascárraga llevan casados 50 años y además de ser amigos son compañeros de trabajo puesto que ambos preparan la chicha, cada uno tiene sus responsabilidades, él es quien enciende la leña y ella prepara lo demás, no es un trabajo fácil requiere dos días de elaboración además de la semana de fermentación.
La chicha es elaborada como se hacía hace más de un siglo se utiliza el fogón a leña, los recipientes donde se la prepara son de bronce, un cuarto de adobe encierra entre sus paredes años de tradición, pasar el umbral de la puerta es un viaje al pasado, donde la calidez no solo proviene de la hermosa estructura sino del carisma y dulzura de Eufrosina que como la abuelita más dulce recibió a LA VOZ en su casa.
LA CHICHITA PURA NO HACE DAÑO
Para la elaboración no se utiliza alcohol ni sacarina ya que estos dos ingredientes son los que hacen daño, pese a que el costo es más alto Eufrosina utiliza azúcar y chancaca, ella no escatima en los costos pues el cariño que tiene a sus clientes es tan grande que les sirve lo mejor.
David es profesor jubilado y desde que dejó de trabajar en las escuelas ha volcado toda su energía a ayudar a su esposa y a cultivar maíz, arvejas, entre otras hortalizas en los terrenos que tiene en Villa Rivero, precisamente de sus cosechas es que llega parte del material que es utilizado en la producción de la chicha.
Es elaborada tres veces al mes puesto que desde la llegada de la pandemia la producción ha bajado, antes producían con 10 arrobas de maíz, eso ha reducido a la mitad, sin embargo, de a poco va recuperando el movimiento.
La familia Ascárraga Méndez, es muy unida, y la elaboración de esta bebida tradicional de los valles cochabambinos ha aportado a unirlos más, tanto Eufrosina como sus hijos y ahora nietos y bisnietos, tienen recuerdos marcados de su niñez reunidos disfrutando del arrope, mientras los padres elaboraban este elixir de la Llajta.
MITOS Y CUENTOS
La chicha al ser una bebida tan popular ha generado muchos mitos y cuentos en relación a su elaboración especialmente en los pueblos. Entre los más conocidos están: el del “calzón de la hija mayor” supuestamente se elabora con este para que los clientes se enamoren y vuelvan siempre, otro mito es que se realiza con heces fecales, esto se explica porque las moscas se posan en estas y es lo que se pretendería que los consumidores estén como moscas; sin embargo, estos solo son leyendas.
Diether Ascárraga, hijo Eufrosina y David, recordó que desde que era niño escuchó estos cuentos, pero siempre fueron solo eso y una forma jocosa y pícara de reconocer a las mejores chicheras y su don para atraer a los clientes.
LA GORRITA UN HERENCIA
Actualmente “La Gorrita” no solo está a cargo de la señora Eufrosina, pues tres de sus hijos también elaboran chicha, lo hacen por turnos y a quien le toca también realiza la venta de esta.
Si bien, la nueva generación de chicheros conoce a perfección el oficio no igualan a su mamá, pero no se quedan atrás.
“Yo tengo que ver cómo se hace, hasta ahora no saben, tengo que estar controlando lo que están haciendo, si voy a morir ¿quién será que les va indicar?”, expresó la matriarca mientras sonreía.
Eufrosina es una guerrera con 76 años venció el cáncer el pasado año, se sometió a muchas quimioterapias; sin embargo, ahora se encuentra en un excelente estado de salud, haciendo lo que le gusta.