El brasileño Ronaldo Nazário habló por primera vez sobre las famosas fiestas privadas que organizaba durante su carrera como futbolista profesional. El exdelantero del Cruzeiro, PSV, Barcelona, Inter, Real Madrid, Milan y Corinthians compartió anécdotas de su vida personal que hasta hoy había mantenido en privado.
“Estuve en todas. Iba a entrenar el lunes por la mañana, a las 10:00, después de la fiesta. Jugaba el sábado y luego me iba a París. Pasaba el domingo en París y por la noche, la fiesta. A las siete de la mañana del lunes tomaba el avión para Madrid, llegaba a las 9:00 y me iba al entrenamiento. Esto lo hice muchas veces”, reveló el brasileño, de 48 años, en Charla Podcast.
El Fenómeno Ronaldo adhirió a una teoría durante toda su carrera profesional: “En la ciudad en la que juegas, o haces una fiesta en casa o firmas tu muerte. Entonces me diversifiqué y viajé. Siempre he sido de organizar fiestas, estructurar cosas de alto nivel. Siempre he tenido cuidado de hacer felices a todos”, detalló.
Recordó un episodio en su época en el Inter de Italia junto a Vampeta. “Él se quedó en mi casa y tenía una bodega con 100 botellas. Yo me fui a Brasil y se bebió todo. Dos semanas después había terminado todas las botellas de vino y abrió más cajas que tenía en el piso. Hasta que encontró un vino que era especial”, comenzó.
Y luego agregó: “Era una botella de 1976, el año en que nací, que había comprado en un restaurante de París por 10 mil euros. Era un vino caro que no iba a beber, estaba destinado a ser almacenado. Él y sus amigos, en mi apartamento, abrieron esa botella y dieron a cada uno un vaso de plástico. Dijo que estaba caliente y puso hielo en el vino”.
“Él cuenta esta historia como el ‘vino del Papa’, pero era mi vino, por el que pagué 10.000 por una botella de mi año, que debía conservarse por simbología”.
El actual dueño del Real Valladolid de España habló sobre sus problemas con las lesiones y reconoció que “en 1998 comencé a sentir una leve tendinitis, pero terminé bien el Mundial”.
“Cuando se rompió, al principio pensé que me habían tirado con una piedra o un tiro. Me caí y puse la mano en la rodilla para sujetarlo y fue cuando me di cuenta de que algo se había roto. Empecé a llorar no de dolor, sino de miedo y me pregunté ‘¿qué me está pasando?, mi carrera y mi vida se acabaron’”, cerró. Agencias