Dado que el hombre no posee hueso en el pene, surge el interrogante: ¿puede romperse durante el acto sexual? La respuesta es afirmativa. La lesión, conocida como fractura del pene, ocurre durante las relaciones sexuales, producto de una erección firme y un mal movimiento.
«La fractura de pene es una lesión que provoca la ruptura de la túnica albugínea, la cual envuelve los cuerpos cavernosos del pene. Lo más frecuente es que este tipo de traumas se produzca con el pene erecto durante el acto sexual», explicó el médico.
Hace algunos años, una investigación publicada en la revista Advances in Urology determinó que la postura sexual más peligrosa para los hombres es aquella donde la mujer cabalga sobre él, conocida como la vaquera o cowgirl. Al parecer, esta teoría es un error.
Un nuevo estudio, publicado en el International Journal of Impotence Research , ha rebatido esta idea bien establecida, sobre la que incluso suelen advertir los médicos. Los investigadores especulan que cuando el hombre penetra por detrás, al estilo «perrito», al utilizar demasiada fuerza en sus empujes, puede perjudicarse.
Los científicos analizaron las experiencias de 90 pacientes, de entre 18 y 66 años, que habían sufrido esta lesión al menos una vez en sus vidas y descubrieron que un 77% de los casos sucedió durante el acto sexual, por lo que decidieron preguntarles en qué posición lo estaban haciendo cuando se produjo la fractura. Un 41% de los hombres encuestados declaró sufrir la lesión mientras hacía el amor al estilo «perrito».
Encontraron que en esta posición, una de las posiciones más antiguas y más utilizadas en la intimidad, la fusión de la comodidad y el placer puede implicar un riesgo mayor, debido a la intensidad del acto.
«Los hombres suelen utilizar mucha fuerza en cada movimiento, lo que puede terminar mal. En el peor de los casos, si el pene se desliza fuera de la vagina y golpea contra el periné o la sínfisis del pubis (dos superficies óseas duras), puede ocasionar un trauma doloroso», explicó el doctor Barros, autor del estudio.
El momento viene acompañado por un dolor intenso, seguido de hinchazón y deformidad del miembro, así como la presencia de un hematoma interior y exterior. El tratamiento inicial consiste en aplicar hielo, y en la utilización de analgésicos y antiinflamatorios, aunque la mayoría de los pacientes necesitan una cirugía para reparar la túnica albugínea.
El podio de las «poses peligrosas» lo completa el misionero (él arriba, ella abajo, ambos de frente); y la cowgirl, donde la mujer se ubica encima del hombre.´ Agencias