Los suelos están agrietados, erosionados por la falta de agua, es el fondo de la laguna Turquesa, en Millu Mayu, Tarata, donde en septiembre, y hasta después, todavía reflejaba su color azul cielo al medio día y verde en la tarde. Ahora, no hay ni charcos de agua. Se trata de una represa situada a 45 minutos por un camino de ripio desde el centro poblado de Tarata, en el Valle Alto de Cochabamba. La misma situación se da en la represa Laca Laca, en la misma región, según informó el gerente de la Mancomunidad de Municipios de la Región Valles, Franolic Huanca. La autoridad aseguró que todo es efecto de la sequía, que golpea con fuerza en esa zona del departamento. “Es por efecto de la sequía. Cada año llegaba al nivel más bajo de agua. Pero, esta gestión está en cero”, lamentó Huanca. La laguna Turquesa almacenaba agua para el riego de los cultivos agrícolas de la zona, un lugar de población dispersa, con campos en los alrededores. Durante el feriado muchos llegaron hasta la laguna para dar un paseo y se encontraron con una escena de abandono. No había comunarios cerca ni cobraban en la tranca de ingreso, cerca de un letrero que advierte los cuidados que se debe tener en la laguna. Sin embargo, no es una situación que no se haya dado antes, tanto en Millu Mayu como en Laca Laca. El Gerente de la Mancomunidad recordó que también se secaron las represas en 2017, cuando La Angostura también registró niveles por debajo de la ataguía, desde donde se mide el agua para que se destina para el riego de varios municipios del Valle Central. En la actualidad, La Angostura también registra niveles bajos de agua.
