Inició el mes de diciembre y la falta de lluvias, además de las altas temperaturas en el departamento, son parte de las preocupaciones existentes y que generan más problemas en diversas comunidades o municipios; entre ellas y la que más resalta en el área central, es la falta de agua en la Laguna Alalay.
Este afluente, que es considerado como parte de los atractivos de la ciudad, se encuentra constantemente con aguas contaminadas, además de olores nauseabundos a causa de la descomposición de micro algas, que mezcladas con las altas temperaturas, producen olores fétidos.
Los vecinos, deportistas, comerciantes y transeúntes de la zona calificaron este espacio como “laguna de aguas negras”, ya que los malos olores se sienten en gran parte del lugar y afectan la libre transitabilidad. Además, aseguran que se estaría afectando a la salud de los que viven cerca de la laguna.
Según explican los relacionados a este tema, la contaminación en este espacio se debería a conexiones clandestinas de alcantarillas y aguas residuales que terminan dañando a este sector que anteriormente era denominado como el “espejo de agua”.
Otro de los problemas latentes en la laguna, es el incremento de las temperaturas que no solo afectan a este municipio, pero magnifican el problema con la vegetación por el cambio de temporada que, a su vez, afecta a la fauna existente en la laguna que poco a poco llega tras la migración.
En pasados días se registró la presencia de aves que se van asentando en este sector a pesar del estado en que se encuentra por el sedimento y la acumulación de tierra.