Ante la pérdida de agua en la laguna Alalay, en las redes empiezan a correr reclamos en contra de los trabajos desarrollados por la alcaldía que, además de salirse del presupuesto asignado, ahora generan desconfianza en su efectividad.
En los últimos días, se registró un descenso de aproximadamente 10 a 15 centímetros en el nivel de la laguna Alalay, hecho que, según Elvis Gutiérrez, director de Medio Ambiente de la alcaldía, se debería a la época fría que llegó a la ciudad luego de la temporada de lluvias. Por ello, el ambiente se tornó seco y el sol evapora las aguas.
Instituciones como el Crempla y la Universidad Mayor de San Simón estarían haciendo seguimiento a la laguna y además, se cuenta también con la perspectiva de la población en las redes sociales, donde se difunden fotografías del estado actual de la laguna.
Las voces son variadas, pero una gran mayoría, teme que la laguna vuelva a secarse por la fuerza del sol.
“Era un elefante blanco desde un principio”, dicen algunos de los internautas además de recalcar el temor de que vuelvan los malos olores en la zona tal y como pasó la pasada gestión dañando la salud de quienes viven cerca.
“¿Cómo no se va a evaporar el agua si ahí desemboca el alcantarillado y el agua está contaminada de nuevo, deberían solucionar eso primero?”, señala otra persona.
Ante esta situación, desde la alcaldía manifestaron que se insistirá para que la laguna sea llenada nuevamente con agua de la represa de Misicuni mediante el cupo que les corresponde. Esto ya había sido solicitado y denegado antes porque el agua está destinada solamente para el riego y el consumo.
Se espera que las acciones de la alcaldía no terminen siendo un ‘elefante blanco’ como cuestionan algunos ya que el dragado requirió incluso 10 millones de bolivianos más de los 30 que se habían acordado de manera inicial y que generó reclamos que no fueron aclarados respecto al destino de los lodos que se sacaron de la laguna Alalay.