Ante el aumento de casos y la saturación de los hospitales públicos y privados, la población busca remedios alternativos para afrontar un posible contagio de coronavirus, sin importarles que éstos sean realmente efectivos.
En abril la población se volteó a las farmacias y veterinarias en busca de Ivermectina, un desparasitante que presuntamente era la cura milagrosa de los pacientes críticos de esta enfermedad. Hace un par de semanas se popularizó la idea de que el nuevo remedio milagroso es la Dexametazona, que es un desinflamatorio potente pero que también baja las defensas de quien lo toma.
Ahora la población salió a las farmacias en busca de el Clorito de sodio o también conocido como Dióxido de Cloro, haciendo largas filas en busca de este medicamento que no está autorizado ni avalado como tratamiento para esta enfermedad.
La mañana de este sábado se vieron largas filas en la Botica de la Farmacia Boliviana, pues muchas personas al enterarse que este lugar vendía este producto no dudaron en buscarlo, pues con 70 bolivianos se llevaban el medicamento y una explicación de como usarlo, aunque muy pocos sabían si solo se lo debía tomar cuando se tiene el virus o trabaja de forma preventiva.
Al respecto, el director del Sedes, Yercin Mamani, señaló que no existe ningún aval de universidades ni de la Organización Mundial de Salud (OMS) que apruebe un tratamiento contra el Covid-19 usando el Dióxido de Cloro y menos como un tratamiento preventivo.
“El dióxido de cloro es un elemento que utilizábamos como blanqueador y no se recomienda su ingestión en concentraciones altas”, explicó Mamani, indicando que en redes sociales circula algunas dosis que son demasiado fuertes y podrían generar más daños a un paciente Covid-19.
La autoridad pidió a la población en no creer en remedios «milagrosos» porque lo único que hacen es afectar a sus órganos y disminuir sus defensas, provocando que sean más susceptibles a contraer el virus Covid-19.