Aunque como siempre muchos piden prosperidad, ahora la mayoría ruega por salud
Hoy al mediodía había una extensa fila en la calle Max Paredes, a la altura del mercado Uruguay de la ciudad de La Paz. En medio de la emergencia sanitaria que vivimos, cualquiera pensaría que la gente esperaba su turno para comprar medicamentos en una farmacia o alcohol en una tienda, pero no, el motivo es que doña Asunta Apolonia Sáenz preparaba las mesas para ofrendar a la Pachamama, ya que mañana es 1 de agosto y, según las creencias andinas, se abre la boca de la Madre Tierra y “es buen tiempo” para agradecer y pedir favores.
“Estamos atendiendo desde las ocho de la mañana”, apenas pudo decir doña Asunta, ya que algunos de sus caseros comenzaron a protestar al pensar que el periodista de EXTRA se “estaba colando” para adquirir una mesa. La jornada de trabajo de la conocida señora, en tiempos normales, incluso duraba hasta la madrugada del 1 de agosto, pero hoy eso cambiará debido a las restricciones que rigen por la cuarentena en la sede de gobierno.
En estas fechas, Asunta suele trabajar más porque sus clientes creen que ella tiene una mano con mucha suerte, pues aseguran que la mesa que prepara tiene buenos resultados. Algunos van con el anhelo de que se les haga realidad el sueño de tener una casa, una fuente de trabajo o les vaya bien en su negocio; sin embargo, hoy, el pedido más recurrente fue salud.
La persona que colabora a doña Asunta contó que preparan mesas para todos los bolsillos, tienen desde 30 bolivianos hasta 80 o más, ello depende del cliente y de qué quiere pedir. Agencias