Pese a ciertas prohibiciones y la pandemia de por medio, los bolivianos no dejaron de cumplir con las tradiciones de Todos Santos, familias en La Paz y Cochabamba armaron las mesas con platos típicos, bebidas, pan, biscochuelos para sus difuntos. La gente visitó los cementerios para ponerles flores a sus muertos.
En el cementerio general de la ciudad de La Paz, la ciudania respeto las restricciones, no ingresaron con alimentos y cumplieron extrictamente con las medidas de bioseguridad.
Funcionarios de diferentes alcaldías, informaron que se espera la visita de miles de dolientes con las medidas de seguridad señaladas en las normas establecidas .
«Se está cumpliendo con el objetivo. La gente está ingresando con barbijos quirúrgicos, se le toma la temperatura y pasa por las cabinas de desinfección», indicó.
De igual forma, en el cementerio de Quillacollo, las autoridades municipales tratan de hacer cumplir las restricciones, pese a que algunas personas trataron de ingresar con panes y llevaron a los niños. Eso está prohibido al igual que personas adultas de 65 años.
En Cochabamba, se armaron diferentes mesas a fallecidos que cayeron en pandemia por el coronavirus y varias familias reconocidas recordaron a sus fallecidos con el dolor en el corazón, los visitantes ingresaran a los cementerios con coronas que simbolizan el ingreso de las almas al mundo terrenal.
Muchos hogares en la Llajta armaron el mast’aku en sus hogares y esperaron con los brazos abiertos a las almas de sus difuntos. Los dolientes incluyen platos, bebidas que más gustaban al difunto acompañado de flores, tantawawas, entre otros elementos con valor simbólico para el fallecido y sus seres queridos. Agencias