Agencias
Un estudio publicado en Nature Aging identificó dos etapas críticas del envejecimiento humano, alrededor de los 44 y 60 años. En estos momentos, los cambios moleculares se intensifican bruscamente, elevando el riesgo de enfermedades como diabetes, afecciones cardiovasculares y neurodegenerativas.
Durante mucho tiempo se pensó que el envejecimiento era un proceso lineal y progresivo. Sin embargo, una investigación liderada por Shen et al. (2024) desafía esa idea. Al estudiar perfiles moleculares en más de 100 personas entre 25 y 75 años, se descubrieron dos puntos de inflexión donde el cuerpo envejece más rápido: uno cerca de los 44 años y otro alrededor de los 60.
El 81% de las trayectorias biológicas analizadas mostraron cambios no lineales, con “olas” de deterioro acelerado que afectan funciones vitales.
44 AÑOS
En esta etapa se detectaron alteraciones en el metabolismo de lípidos, el procesamiento del alcohol y una disminución en la capacidad de regeneración de tejidos. También aparecieron los primeros signos de debilitamiento estructural en músculos, piel y órganos conectivos.
60 AÑOS
La segunda “ola” marcó una caída abrupta en la función inmunológica, renal y antioxidante. Se observó mayor inflamación, deterioro del metabolismo de carbohidratos y presencia de marcadores asociados al daño oxidativo y enfermedades crónicas.
GÉNERO
Ocurre en hombres y mujeres por igual, los investigadores comprobaron que estas etapas críticas del envejecimiento ocurren en ambos sexos, incluso considerando factores hormonales como la menopausia. Esto sugiere que se trata de patrones biológicos universales.
IMPORTANCIA
Identificar estos momentos de aceleración del envejecimiento puede revolucionar la medicina preventiva. Anticipar chequeos médicos antes de los 44 y reforzar intervenciones hacia los 60 permitiría personalizar tratamientos y mejorar la calidad de vida en la vejez.
El envejecimiento no es un proceso lineal, sino un fenómeno que avanza por olas biológicas. Saber cuándo se acelera permite actuar a tiempo. Las edades de 44 y 60 años marcan momentos críticos donde el cuerpo cambia rápidamente, y entenderlo puede ser la clave para una longevidad más saludable.
ENVEJECIMIENTO SALUDABLE
El envejecimiento saludable se refiere al proceso de mantener y optimizar la salud física y mental, la independencia y la calidad de vida a medida que envejecemos. No se trata solo de vivir más tiempo, sino de disfrutar de una buena calidad de vida y participar activamente en la sociedad. Implica fomentar la capacidad funcional, que es la habilidad de las personas para ser y hacer lo que es importante para ellas, a lo largo de la vida.
Algunos aspectos clave para conseguirlo son:
Salud física: Mantener una buena salud cardiovascular, metabólica, y movilidad a través de una dieta equilibrada, ejercicio regular y prevención de enfermedades.
Salud mental: Preservar la función cognitiva, la resiliencia y el bienestar emocional a través de actividades sociales, estimulación mental y apoyo emocional.
