Si bien muchas personas son conscientes de los males que el consumo frecuente de refrescos puede causar al organismo, incluir estas bebidas endulzadas a la dieta puede tener efectos aún más dañinos a la salud de lo que te imaginabas.
DIABETES TIPO 2
No es solamente la genética o el sobrepeso lo que puede causar la diabetes. El consumo frecuente de refrescos podría estar asociado al aparecimiento de esta peligrosa -y, en muchos casos, evitable- enfermedad.
Es más, de acuerdo con el estudio citado por la especialista, no se excluye que las gaseosas dietéticas -a las cuales muchos recurren por creer que son una alternativa más saludable- también podrían contribuir al surgimiento de la diabetes tipo 2.
ENFERMEDADES CARDIACAS
Las principales causas de defunción a nivel mundial son las enfermedades cardiovasculares y el consumo de gaseosas podría colaborar para estos resultados. Esto se debe a que estas bebidas estarían asociadas a un aumento en el riesgo de desarrollar estas dolencias.
La médica pone de relieve que la asociación entre estas bebidas y las enfermedades del corazón se observa “independientemente de la edad, el peso corporal o los hábitos de ejercicio” de una persona.
FRACTURAS ÓSEAS
El consumo frecuente de gaseosas podría incluso volver más frágiles a tus huesos. Según Newell, se cree que esto está relacionado con el ácido fosfórico presente en estas bebidas, el cual podría contribuir a la pérdida ósea.
“Según estudios realizados tanto en niños como en adultos, el consumo de refrescos se ha relacionado con una baja densidad mineral ósea, así como con un mayor riesgo de fracturas”, sostuvo la especialista.
GRASA VISCERAL
Existen dos tipos de tejido graso en nuestro cuerpo: la grasa subcutánea, localizada debajo de la piel, y la grasa visceral, que se encuentra alrededor de nuestros órganos internos. Esta segunda está relacionada con serios riesgos a la salud y, según creen los especialistas, el consumo de refrescos puede colaborar para su acumulación.
“Aquellos que beben más refrescos tienen más probabilidades de tener un exceso de grasa visceral, un tipo de grasa dañina que rodea los órganos y puede provocar anomalías metabólicas e inflamación”, dice la nutricionista Rachel Dyckman a ETNT.
AUMENTO DE PESO
Las gaseosas son bebidas, cuyos beneficios para el cuerpo son prácticamente nulos. Los refrescos son pobres en nutrientes, pero altamente calóricos. Esto hace que, además de no producir saciedad, puedan causar un aumento de peso.
Según la médica, al ingerir azúcar a través de alimentos, nuestro cuerpo lo reconoce y se prepara para digerirlo, además de acelerar el metabolismo de manera correspondiente. Sin embargo, cuando bebemos el azúcar, el cuerpo no está tan preparado para procesarlo y no reconoce esas calorías.
El refresco “no ayuda a sentirte más lleno, por lo que terminas comiendo lo que necesitas/quieres para sentirte satisfecho, pero ahora también tienes todas estas calorías y azúcar de la soda que se almacena como grasa”, dijo Schroeder.
CÁNCER
Las gaseosas también podrían aumentar el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer. Una investigación llevada a cabo en 2019, en la que se observó la evolución del cuadro de salud de más de 100.000 adultos, encontró una asociación entre el consumo de gaseosas y un aumento en la probabilidad de padecer cáncer de mama.
“El consumo de bebidas azucaradas se asoció positivamente con el riesgo de cáncer general y cáncer de mama. (…) Estos resultados sugieren que las bebidas azucaradas, que se consumen ampliamente en los países occidentales, podrían representar un factor de riesgo modificable para la prevención del cáncer”, sostuvieron los autores del estudio en cuestión.