“Las Gordas” otra vez libres para seguir robando impunes

María C.M. de 38 años de edad y Ema L.M. de 25 años de edad quienes serían las autoras del robo captado a un soldado en la avenida San Martin, fueron liberadas después de cumplir con las 8 horas de arresto.

Ambas mujeres de especialidad “lanceras o descuidistas” fueron detenidas tras el trabajo de investigación de efectivos policiales del Departamento de Análisis Criminal e Inteligencia (DACI) cuando realizaban operativos simultáneos en centros de abasto durante el fin de semana.

“Las gordas”  como se las conocería, tuvieron que ser liberadas por la policía pese al trabajo de investigación que tomo identificarlas y encontrarlas al conocerse el hecho de robo.

Pese al pedido de la policía para sentar la denuncia sobre el robo y justificar su aprehensión; ni el soldado, su familia o las fuerzas armadas se aproximó ante la Fuerza especial de lucha contra el crimen para formalizar el caso.

LA IMPORTANCIA DE LA DENUNCIA Y EL MIEDO

Según explica el Abogado, Juan Carlos Montaño Omonte, en este tipo de casos es necesaria la denuncia de una víctima para que sean procesadas por el ministerio público y de darse el caso ser llevadas a la cárcel.  “Si no hay denunciante no hay delito” señala Montaño.

Tras darse a conocer los rostros de las denominadas lanceras muchos usuarios las reconocen, identifican y se dicen ser testigos y hasta victimas de sus robos, pero que nadie dice nada por miedo.

León C.S. recalca el temor a sentar la denuncia: “Yo fui víctima de estas pe…s aunque ponga la denuncia igual estarán libres y puedo correr riesgo por estas delincuentes yo paso frecuentemente por el centro lo veo peligroso”.

MODUS OPERANDI

Las mujeres de especialidad “lancera” circulan por lugares con mucha gente como los mercados donde buscan victimas que estén confiadas o distraídas realizando sus compras como mujeres, adultas mayores o personas que llegan del campo. Se aproximan, una se coloca a un costado o a sus espaldas, la cómplice se pone delante para trancarle el paso o hacer que se detenga, mientras la otra mujer corta o abre la mochila o la cartera y roba lo que puede con una gran velocidad.