Cuando Eliud Kipchoge entró en la historia completando un maratón en menos de dos horas, aunque su marca no fuera homologada, aceleró una persecución comercial de millones de dólares entre su marca de zapatillas deportivas, Nike, fabricante del polémico modelo Vaporfly, y sus competidoras.
Adidas, Asics, Brooks, Hoka, New Balance y Saucony han lanzado o lo harán próximamente sus propias versiones de zapatillas con tecnología de fibra de carbono.
Los críticos consideran que esta nueva ola de material deportivo supone dopaje tecnológico, mientras que los partidarios alaban la revolución en el calzado, tras décadas de estancamiento.
Nike cree que la gama Vaporfly, que comenzó en 2016, es «un ejemplo de como el diseño de un producto puede capturar la fascinación de una comunidad entera deportiva, inspirando nuevas marcas potenciales en el atletismo», con una mejora en el rendimiento estimada en el 4%.
Los corredores de élite que utilizan Vaporfly, con unas placas de carbono que permiten una sensación de propulsión en cada zancada, han barrido prácticamente todas las competiciones de larga distancia en los últimos tiempos, con 31 de las 36 plazas de podio en los seis grandes maratones del pasado año.
Los críticos alzaron la voz, estimando que la ayuda de estas zapatillas era excesiva, y World Athletics, la federación internacional de atletismo, entró en la polémica y limitó el grosor de la suela a 40 milímetros (Vaporfly tiene 36mm), con un sola placa. Además estableció que las zapatillas con las que se competía tenían que estar disponibles en el mercado, por lo que cerraba las puertas a los prototipos.
«Las zapatillas con placas de fibra de carbono son parte de la evolución a largo plazo y parte de la innovación que ha estado en el centro del desarrollo desde principios de los 70», señala a la AFP el periodista especializado Brian Metzler.
«Es justo utilizarlas por varias razones, pero la más importante es que no crean artificialmente energía, únicamente maximizan la fuerza y la energía», añade.
Argumenta que el tenis, el esquí, el ciclismo, el golf y el fútbol se han desarrollado gracias a los avances en los equipamientos.