En medio del duro embate de la COVID-19, los países de Latinoamérica afrontan la amenaza de sufrir “dos pandemias” si no toman las medidas necesarias para asegurar la vacunación contra la influenza estacional en la región.
Este escenario de riesgo ha generado la alerta entre los especialistas, cuando Latinoamérica ya ha superado 1,5 millones de casos detectados del coronavirus y se apresta a recibir, el próximo 21 de junio, la temporada de invierno en el hemisferio sur, algo que también ha remarcado la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
“Podemos tener las dos pandemias y eso sería muy malo”, declaró a Efe el doctor Eduardo Gotuzzo, quien integra el Comité de Expertos conformado para enfrentar a la COVID-19 en Perú, el segundo país en Latinoamérica y octavo en el mundo con más casos del coronavirus.
Gotuzzo, quien es especialista en medicina interna y enfermedades infecciosas y tropicales, recordó que tanto los casos graves de la COVID-19 como de influenza requieren de camas hospitalarias, ventiladores mecánicos y cuidados intensivos.
“Hoy en día con la pandemia es sumamente importante evitar tener influenza grave, para eso la vacuna es la mejor medida; por supuesto, si no hay vacuna habrá que tratar de tener diagnóstico y tratamiento muy rápido, (pero) la mejor medida de salud pública es la vacunación masiva”, enfatizó.
SITUACIÓN REGIONAL
El especialista dijo que en la región se han hecho esfuerzos para mejorar las unidades de cuidados intensivos (UCI), pero las condiciones generadas por la COVID-19 han causado grandes dificultades para atender al elevado número de pacientes graves.
“Estamos en deuda en las unidades de cuidados intensivos, que son hoy en día un tesoro”, acotó antes de decir que si solo se diera un aumento de diez por ciento de pacientes con necesidad de cuidados intensivos “estarían totalmente fuera de posibilidades” de atención.
Al referirse a la influenza, sostuvo que Argentina y Brasil cuentan con “una vigilancia epidemiológica muy adecuada”, mientras que Perú está en una “situación intermedia”, pero mejor que otros países de la región “donde la vacunación de la tercera edad es como un lujo” y se debe pagar en el sector privado.
ADVERTENCIA DE LA OPS
Esta semana, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) llamó la atención sobre la llegada del invierno al hemisferio sur y el inicio de la temporada de huracanes en regiones de centro y norteamérica, que consideró dos nuevos elementos que pueden agravar los efectos de la pandemia de COVID-19.
La directora de la OPS, Carissa Etienne, dijo que la expansión de enfermedades respiratorias durante el invierno puede favorecer el contagio del coronavirus, así como dificultar su diagnóstico y llevar al colapso de hospitales, por lo que se debe planificar el “desafío formidable” de enfrentar sus efectos en la población.
Aunque aclaró que no hay datos que indiquen que la temperatura o la humedad influyan en la propagación de la COVID-19, sí incrementan las infecciones respiratorias, como la gripe y la neumonía, por lo que la vacunación temprana “es más crucial que nunca”.
El último reporte de la OPS sobre la influenza, actualizado al pasado 9 de junio, indicó que la actividad de ese virus permanece “en niveles interestacionales” en Canadá, EE.UU. y México, mientras que mantiene niveles bajos en Centroamérica, el Caribe y Suramérica.
Al respecto, Gotuzzo afirmó que “cualquier medida de salud pública” que incluya la vacunación, y la instalación de agua y desagüe, está entre las que “cambian la vida de la población”, al mejorar su economía, calidad y expectativa de vida.
“Si vamos a tener miles de influenzas moderadas a severas en los siguientes meses, ¿dónde los ponemos? Es una situación dramática, por eso nosotros hemos impulsado desde muy temprano que hay que salir a vacunar”, remarcó. Agencias