Algunas historias, por más que pase el tiempo, parecen sacadas de una película de terror. En Chickasha, Oklahoma, una estremecedora secuencia sorprendió a los ciudadanos estadounidenses.
El sospechoso de un triple asesinato ocurrido en el sur de Oklahoma, Estados Unidos, ha confesado haber cortado el corazón de una de sus víctimas para servirlo “horneado con papas”, informaron medios estadounidenses.
El macabro episodio ocurrió cuando agentes de la policía local ingresaron a la vivienda de Andrea Lynn Blankenship y hallaron una escena estremecedora: un cuerpo apuñalado y un pecho mutilado.
Lawrence Paul Anderson (42) confesó ese mismo día los detalles de cómo cometió el crimen: la asesinó, le extirpó el corazón y se lo llevó a su tío para cocinarlo.
«Él cocinó el corazón con papas para alimentar a su familia y liberar a los demonios», relató un oficial de la Oficina de Investigaciones del Estado de Oklahoma
Sin embargo, la macabra secuencia no terminó ahí. Tras obligar a comer el corazón a sus tíos Delsie y Leon Pye, de 64 y 67 años, mató a Leon y a la nieta mayor de la pareja de 4 años, Kaeos Yates. Además, hirió a la tía.
Según informó Fox 10, por este caso Anderson fue sentenciado esta semana a cadena perpetua sin derecho a salir bajo libertad supervisada. La condena fue resultado de un acuerdo con la Fiscalía que evitó el castigo de pena de muerte.
“Ellos (los familiares de las víctimas) no quieren un juicio“, indicó en fiscal Jason Hicks en una conferencia de prensa. “Ellos no quieren sentarse en una sala y escuchar los detalles explícitos de lo que le pasó a sus seres queridos”, añadió. Anderson había sido liberado de la prisión menos de un mes antes de los hechos.
En el 2006 Lawrence Paul Anderson había estado detenido por posesión de crack, en el 2012 por distribución de la misma droga y en 2017 fue sentenciado a 20 años de prisión por posesión de estupefacientes y armas. Pero el gobernador de Oklahoma le conmutó la pena en el 2020. Agencias