Dos reclusos atacaron con una lata de atún a otro preso dos semanas después de que fuera declarado culpable de asesinar a su hija de 10 años, reportó The Sun. A mediados de diciembre de 2024, Urfan Sharif, de 43 años, fue sentenciado a cadena perpetua con un mínimo de 40 años de prisión después de ser declarado culpable del trágico asesinato de su hija de 10 años, cuyo cuerpo fue encontrado en su hogar, en Reino Unido.
Apenas dos semanas después, el día de Año Nuevo, dos presos arremetieron contra él en su celda y lo atacaron con la tapa de una lata de atún, cortándole el cuello y la cara de manera que sufrió graves lesiones.
“Los reclusos no estaban contentos de que [Sharif] estuviera allí con ellos y, aunque los otros prisioneros están presos por crímenes atroces, a muchos de ellos no les gusta la gente que ataca a los niños”; informó la fuente. Asimismo, añadió planeaban más ataques en su contra para quitarle la vida.
Después del asesinato de Sara Sharif, su padre y la madrastra, Beinash Batool, huyeron a Pakistán. Desde allí, dos días después, Sharif llamó a los números de emergencia británicos diciendo que había “golpeado demasiado” a la niña por ser “muy traviesa”.
Además, había dejado una declaración escrita a mano que decía: “Juro por Dios que mi intención no era matarla. Pero lo perdí no pude contenerme y si me salió de las manos”.
La autopsia de la menor Sara reveló que falleció después de sufrir más de 71 lesiones en todo el cuerpo, entre ellas varias quemaduras, hematomas y mordeduras humanas realizadas por su propio padre; además de tener al menos 25 fracturas, 11 de ellas en su columna vertebral.
“Su muerte es un doloroso recordatorio de las profundas debilidades en nuestro sistema de protección infantil que, como país, hemos fallado una y otra vez en corregir”, dijo Rachel de Souza, comisionada de niños para Inglaterra, en un comunicado después del juicio. “Ya hemos estado aquí antes — y cada vez hemos dicho ‘nunca más’”. Agencias