La excanciller Karen Longaric se encuentra en Chile desde el 30 de marzo, de acuerdo con información entregada por el director nacional de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), Alberto Aguilar.
“De acuerdo con la información que nos proporcionan, es que habría salido de Bolivia a Chile el 30 de marzo. Ella fue notificada en su domicilio a objeto de que pueda ofrecer sus declaraciones en calidad de testigo”, indicó Aguilar.
El uniformado precisó que algún familiar de la exministra de Relaciones Exteriores deberá presentarse ante la justicia para indicar que no se encuentra en el país. Fue convocada en calidad de testigo por la Fiscalía para declarar por el caso gases lacrimógenos.
“Será el representante del Ministerio Público que valorará, seguramente se apersonarán con sus abogados o algún familiar a objeto de indicar que ella no se encuentra en Bolivia, pero es atribución del Ministerio Público emitir lo que corresponda a ley”, indicó Aguilar.
Longaric fue una de las primeras en ser citada por la fiscalía.
NEGÓ PARTICIPACIÓN EN COMPRA
Karen Longaric, ratificó que no podría asistir ante la Fiscalía para brindar su declaración, señaló que puede hacerlo por la vía virtual; remarcó que no participó en el proceso de esa adquisición.
Mediante un cuestionario respondido por WhatsApp, señaló que salió del país “hace aproximadamente dos meses por motivos laborales. No he podido retornar al país para dar mi declaración como testigo”. Añadió que mandó un justificativo al Ministerio Público, “en el que indico que puedo dar mi declaración como testigo de manera virtual”.
Longaric se encuentra en Chile, donde realiza una investigación internacional, tras lo cual recién planificará su retorno al país. La Fiscalía la citó para las 14.00 de este martes.
Sobre la citación en su contra, Longaric dijo que “como lo dije en su momento, los actos de corrupción me causan indignación, como a todos los bolivianos. El Ministerio de Relaciones Exteriores y mi persona no participaron de ninguna manera en la compra de gases. Es un tema muy alejado de la labor de Cancillería y de la canciller”. /Página Siete y La Razón