Hay muchos tipos de máscaras que sirven para protegerse a uno mismo y proteger a los demás de contraer y propagar COVID-19. La transmisión aérea es una de las principales vías de transmisión de virus respiratorios, incluido el síndrome respiratorio agudo severo SARS-CoV-2. Se ha recomendado ampliamente el uso de máscaras faciales para mitigar la transmisión y según advierte una investigación publicada en la revista Science, se cree que las máscaras protegen a las personas de dos maneras: control de la fuente que reduce la emisión y propagación de virus respiratorios a través de gotitas y aerosoles en el aire, y protección para el usuario que reduce la inhalación de virus respiratorios en el aire.
Sin embargo, la eficacia de las máscaras todavía está en debate. En comparación con los respiradores N95/FFP2 que tienen tasas de penetración de partículas muy bajas (alrededor de 5%), las máscaras quirúrgicas y similares exhiben tasas de penetración más altas y más variables (alrededor de 30-70%).
“Los mejores barbijos con 95% de efectividad que te protegen a vos y a las personas cerca de ti son: N95, KF94 y KN95 y FFP2. Buenos barbijos son el quirúrgico con un 50-70% de efectividad y el de tela 20-50% de efectividad. Por último, juntar un barbijo quirúrgico abajo (50-70%) y arriba ponerse uno de tela (20-50%), o sea, juntarlos y hacer un ‘doble barbijo’ (quirúrgico + tela) logra hasta un 85% de efectividad”, aseveró Dotto.
Según especialistas de la Universidad Johns Hopkins, “aunque estar completamente vacunado reduce en gran medida la posibilidad de contraer o propagar el coronavirus, no la elimina por completo”. “Si una persona está infectada con el coronavirus y no lo sabe, una máscara es muy buena para evitar que sus gotas y partículas respiratorias infecten a otros. Si aún no ha recibido la vacuna COVID-19, usar una máscara también puede ayudar a evitar que los gérmenes que provienen de las gotitas respiratorias de otra persona entren en su nariz y boca”, sostiene la doctora Lisa Lockerd Maragakis, Directora de Prevención de Infecciones del Sistema de Salud de la universidad.
Y agrega: “Dado que el coronavirus puede propagarse a través de gotitas y partículas que se liberan al aire al hablar, cantar, toser o estornudar, las máscaras siguen siendo una buena idea en lugares públicos cerrados y abarrotados que contienen una mezcla de personas vacunadas y no vacunadas”.
Para la experta, “todavía se recomienda usar una máscara en entornos de atención médica y otros lugares donde las personas que nos rodean pueden tener factores de riesgo de consecuencias graves de COVID-19. Estos incluyen personas mayores de 65 años y personas que padecen enfermedades cardíacas, diabetes, obesidad, enfermedades pulmonares crónicas, problemas de inmunidad o cáncer”.