Los confites de doña Irma tradición del Carnaval que nació con sus tatarabuelos

¿Quién no ha probado los tradicionales confites de Carnaval?, además de ser deliciosos forman parte de una de las fiestas más largas de la Llajta, sin embargo, su preparación no es sencilla, pero para la familia Vera que durante cinco generaciones preparan las golosinas su elaboración ya no es un problema.

En el municipio de Quillacollo en el valle bajo cochabambino dentro el pasaje Atacama cerca a la iglesia en un pequeño taller, una cocina y dos ollas gigantes son las herramientas que son utilizadas más de dos meses antes de esta festividad.

A las 8.00 empieza la jornada laboral y se extiende hasta las 20.00 es un trabajo fatigoso, más allá del esfuerzo físico que se necesita para batir el azúcar, el calor que se produce en el taller provoca un mayor cansancio.

El mes de enero inician con la preparación de los dulces, incluso ya en diciembre algunos clientes que se deleitan con estos hacen sus pedidos.

Mientras uno de los miembros de la familia comercializa los confites que, es necesario resaltar “son frescos”, otra persona prepara el caramelo y, por último, alguien se hace cargo de batir la paila para que los dulces de azúcar que tienen el color de la nieve salgan exquisitos redonditos.

 DELICIOSA VARIEDAD

Una de las características de los confites que preparan es la variedad de rellenos, pues los hay con pasas, nueces almendras, duraznos deshidratados (kisa), entre otros.

Los tamaños también varían, pues están los grandes, medianos, pequeños y minúsculos, todo depende del fin que tiene el cliente para estos.

Los grandes y medianos por lo general son para degustarlos y los más pequeños están hechos especialmente para que sean ofrendados a la Pachamana el martes de Ch’alla.

Irma Rivera contó a LA VOZ que los confites más pequeños son los más complicados de elaborar, por ello su precio es más elevado que los comestibles. De igual forma, están los confites con color que por lo general también son utilizados para la tradicional ch’alla, aclararon que se utilizan pigmentos vegetales para su elaboración.

NO SE PERDERÁ LA COSTUMBRE

Irma es la madre de la quinta generación y recordó que cuando era niña ya ayudaba a sus padres y abuelos a preparar las golosinas. Desde que tiene uso de memoria toda la familia se reunía para elaborar los dulces.

“Mis tatarabuelos fueron quienes iniciaron con la elaboración de los confites, ya son cinco generaciones que estamos en esto y mis hijos ya están encaminados en el negocio, es una tradición que no vamos a perder”, expresó.

Cuando Irma era niña se preparaba los caramelos a leña, esto fue cambiando con el tiempo, ahora utilizan gas, lo cual les facilita y acelera el trabajo, ya que antes llevaba mucho tiempo encender la leña y de la misma forma mantenerla estable para remover los confites.

Indicó que se modernizaron en la preparación no solo para aliviar el trabajo, sino también porque por ordenanzas municipales en la calle Atacama ya no se puede cocinar a leña, por el riesgo que podría implicar, pues es un sector dedicado al comercio.

Los confites elaborados por esta “dulce familia” no solo son comercializados en Quillacollo, sino a nivel departamental, nacional e incluso llegaron al exterior a países como España y Argentina.

“Trabajo por el sabor”

Ronald Sejas trabaja batiendo los confites contó que es un trabajo cansador, su jornada inicia a las 7.00 y se extiende a las 19.00, es un trabajo de todo el día.

Contó que es amigo de la familia y entre broma y broma llegó a trabajar con ellos, primero le decían te vamos a enseñar hasta que llegó el día en que se inició en el “mundo de los confites”.

“Hay que saber batir para que adquiera la forma, sino se pega a la paila, mientras esta en movimiento va secando el azúcar y adquiriendo el color y la forma que todos conocen” contó.

Empezó a trabajar hace tres años y en todo ese tiempo aprendió el oficio, y los secretos de la preparación lo hizo porque afirmó que el sabor es más rico a otros confites. “Es un trabajo duro, pero es algo que me gusta hacer, además son como mi familia compartimos lindos momentos mientras trabajamos”, aseveró. (Priscila Pinell)