El que fuera responsable de la investigación ovni del gobierno británico, el mediático Nick Pope, ha declarado recientemente que los responsables de Defensa Británicos bloquearon sus investigaciones sobre ovnis porque «daría energía a los demonios que buscan atención, alimentándolos de alguna manera».
Lo denunció Michael Salla, especialista en exopolítica de fama mundial a través de este tweet.
Lo curioso es que más tarde, Luis Elizondo, director del Programa de Identificación de Amenazas Aeroespaciales Avanzadas (ATTIP), también denunció haber sufrido algo similar en una entrevista exclusiva a The Post: «un alto funcionario me dijo que dejara de investigar ovnis, y me preguntó si había leído mi Biblia últimamente.”
Después añadió: «estas cosas son demoníacas y no deberíamos perseguirlas». El alto mando no estaba bromeando y esto lo decía en pleno siglo XXI. Curioso, ¿verdad?
La idea de que los extraterrestres y sus “ovnis” son espíritus malignos (ángeles caídos), enviados al mundo para engañar a la gente con el propósito de que creamos que existen otras formas de vida circula desde los años cincuenta entre algunas confesiones cristianas.
Tras la prohibición de la lectura de la Biblia en las escuelas públicas de Estados Unidos, aumentaron los avistamientos de ovnis.
En 1968, por ejemplo, los adventistas se lamentaron de que, tras la prohibición de la lectura de la Biblia en las escuelas públicas de Estados Unidos, las visiones de ovnis y de encuentros cercanos con «extraterrestres» se hicieron más frecuentes (entrecomillo la palabra extraterrestre porque, para ellos, los alienígenas son una de las formas de manifestación de Satanás).
Los adventistas creen que tanto los demonios como los extraterrestres –para ellos ángeles caídos– desean que la humanidad los acepte. Ponen énfasis en que la mayoría de los informes de contacto se presentan como servidores y amigos de la humanidad. «Ellos desean sustituir a Cristo y llevarnos a una ‘nueva era’ de paz.». Agencias