Priscila Pinell
Hoy 19 de marzo, día del Padre a nivel nacional, muchos hijos celebrarán a sus papás, un abrazo, un te quiero y todas las muestras de afecto serán dadas a “ese hombre amoroso”, que es el pilar del hogar, el protector, el consejero, amigo y guía.
Sin embargo, muchos buenos padres no tuvieron una figura paterna a quien admirar, y por ello, se empeñaron en ser todo lo que no tuvieron y llenar de amor a sus hijos. LA VOZ conversó con ellos.
YO SERÉ UN BUEN PADRE
“Yo no tuve el mejor ejemplo de un padre, porque mi papá me golpeaba y tenía problemas con el alcohol, por eso, yo quiero ser todo lo contrario”, dijo Alejandro Villan, padre de dos niñas.
Alejandro de 31 años tiene dos hijas: Isabel de 12 y Alejandra de 6, fue padre por primera vez a los 19 años cuando aún era un adolescente; sin embargo, asumió con madurez el rol que cambio su existencia.
Su vida no fue fácil, pues su madre lo abandonó muy chico, y se quedó con su papá quien bebía demasiado y en esos días de excesos llegaba a descargar su furia con él. Solo su abuela le dio el cariño que no tuvo de sus progenitores.
Los traumas ocasionados por la violencia y el hogar disfuncional que tenía, impulsaron a que Alejandro sea un padre amoroso y responsable, al que sus niñas adoran.
Pese al abandono de su padre, Alejandro refirió que no tiene rencores hacia él, pero tampoco le genera afecto.
Contó que trata de estar en todos los momentos importantes para sus hijas, desde la hora de la comida, las celebraciones cívicas del colegio, los paseos, fiestas importantes, hasta el momento de ayudarlas con las tareas. “Creo que el mejor regalo que puedo dejar a mis hijas es el haber pasado buenos momentos con ellas, yo nunca tuve una figura paterna, yo no quiero cometer los errores que ha cometido mi padre”, afirmó.
Alejandro trabaja de sol a sol, porque para él, lo más importante es que a sus hijas no les falte nada y no atraviesen por las carencias que tuvo que pasar el.
“NO FUI EL MEJOR HIJO, PERO SI UN BUEN PADRE”
Jhonny Arispe Villarroel, un artesano de Sacaba, contó que tiene cuatro hijos, todos ellos profesionales, son su orgullo y aseveró que no hay amor más grande en su vida.
Tres de sus hijos ya trabajan en su profesión y la menor está estudiando medicina. “Soy un papá muy orgulloso, me apena decir, que yo no he sido un gran hijo, y por eso, he aprendido la importancia de que mis hijos estudien”, contó.
Jhonny se sintió tan conmovido al hablar sobre sus hijos que se le llenaron los ojos de lágrimas; sin embargo, hoy no estará en compañía de ninguno de ellos, pues dos se encuentran en Brasil y dos en Montero, pero él se siente feliz de que cada uno haya hecho su vida y afirma que una llamada y un “te quiero papá”, es suficiente muestra de amor.
“FUI PADRE Y MADRE”
Fredy Valencia fue padre y madre, pues cuando sus hijos eran adolescentes su esposa falleció, por lo cual, los educó solo en una de las etapas más difíciles.
“Tengo cuatro hijos, dos varones y dos mujeres, lamentablemente quedé viudo hace 15 años y tuve que afrontar una de las etapas cruciales, ese cambio de la adolescencia a la juventud, hice el papel de papá y mamá”, expresó.
Freddy aconsejó a todos esos hombres que desean ser padres, que lo piensen muy bien, pues dijo que la situación económica, de salud y social no es de las mejores.
LOS PADRES QUE NO ESTAN
Muchos hijos pasaran el día del padre, invadidos por la nostalgia y solo les restará llevar a la memoria los recuerdos que tiene con ellos. La llegada de la pandemia acabó con la vida de muchos papás que se fueron sin siquiera ver una vez más a sus hijos.
María Elena tiene 25 años y perdió a su papá el pasado julio, contó que se contagió del virus en el trabajo, comenzó con los síntomas se hizo la prueba y dio positivo al COVID-19. Marco fue aislado y ese momento comenzó el distanciamiento con su hija, a la que su padre, a través, de un mensaje por celular le dijo que era mejor no tener contacto, pues no quería contagiarla.
“El último mes de vida de mi papá no pude verlo, y solo nos comunicábamos por mensajes fue una de las experiencias más duras de mi vida, al final mi padre estaba tan mal que no podía ni escribirme, perdí la comunicación y murió, no pude darle un último abrazo ni decirle que lo amo”, expresó en medio de llanto.